El día 10 de julio la plataforma Feminista Contra el Borrado de las Mujeres, acompañada de 7 entidades Feministas más (de recorrido tanto estatal como internacional) y de un partido político Feminista (PFAC), inició una campaña centrada en la defensa de las categorías deportivas femeninas bajo el lema “Nuestros cuerpos. Nuestros Deportes”.
Ese día entregaron al Comité Ejecutivo y a la Comisión de Mujer e Igualdad del COE documentación relevante sobre las consecuencias de sustituir el sexo por el concepto subjetivo de ”identidad de género” en las categorías deportivas de las mujeres.
El objetivo perseguido era denunciar públicamente el rechazo ante la siguiente afirmación del Comité Olímpico Internacional sobre “equidad, inclusión y no discriminación por motivos de identidad de género y variaciones sexuales”: “no cabe presunción de ventaja” para quienes se han desarrollado con testosterona.
Los motivos del rechazo quedaban claros en el Comunicado de difusión sobre la campaña:
__”Esta afirmación contradice todo conocimiento científico y médico en materia de rendimiento deportivo y no proporciona orientaciones adecuadas a las autoridades deportivas para garantizar que las competiciones respetan el principio de juego limpio, desprotegiendo las categorías femeninas y estableciendo principios de inequidad contrarios a los valores olímpicos y deportivos.”
Además del comunicado daban comienzo una serie de acciones volcadas en las RRSS para aportar una información que los medios de comunicación bloquean, pero que las personas que compartimos la ideología Feminista sí que conocemos y por eso estamos colaborando en su difusión.
Por ejemplo sabemos y colaboramos con la difusión de una realidad que sistemáticamente es denunciada como “transfóbica”, tal y como desde las RRSS de Contra el Borrado de las Mujeres el día 19 de julio volvió a ser denunciado bajo el titular “Defender el deporte femenino no es transfobia”:
__”Anteponer la validación de identidades por encima de la realidad material que da ventajas competitivas a los varones es injusto, destruye el deporte femenino, desalienta a las niñas y legaliza la usurpación de las medallas, marcas, récords y podios de las mujeres.”
__”Esto no descarta la práctica deportiva para personas de cualquier condición y habrán de ser las autoridades deportivas y responsables de las políticas públicas quienes establezcan categorías específicas para diferentes casuísticas. Pero sin que esto suponga, en ningún caso, la invasión de las categorías específicas de las mujeres.”
__”Mientras defendemos lo evidente, se distrae la atención sobre el hecho de que el deporte femenino afronta desigualdad de trato en materia de acceso, profesionalización, esponsorización, promoción, salarios, apoyo institucional y mediático. Los esfuerzos han de centrarse en implementar medidas que corrijan los obstáculos y carencias que tradicionalmente han enfrentado las deportistas.”
Y esa pluralidad en la desigualdad de trato apenas tiene seguimiento en los medios de comunicación, y está ausente del discurso político y del debate público, y éstos son algunos ejemplos aparecidos puntualmente en los medios de comunicación:
”En 2018 la atleta y medallista olímpica Allyson Felix se encontró con que después de tener a su hija estaba siendo discriminada por la marca que la patrocinaba (NIKE), lo que le hizo alzar la voz para promover cambios que protejan y no discriminen a aquellas deportistas que deciden ser madres.(…) Al conocer su embarazo la marca le propuso un nuevo contrato en el que le pagaban un 70% menos que antes de estar embarazada.”
”La regatista Blanca Manchón perdió a todos sus patrocinadores en 2016, tras anunciar que estaba embarazada de su hijo Noah. Volvió a la competición sola, sin patrocinadores y sin el apoyo de su Federación que le exigía resultados demasiado altos nada más parir.”
”Ona Carbonell llegó a anunciar su retirada para cumplir su deseo de ser mamá, pero el aplazamiento de los Juegos Olímpicos en 2021 por la pandemia le permitió comprobar que su rendimiento como deportista de primer nivel no había acabado al ser madre. Pero es necesario un cambio en la mirada institucional hacia el deporte femenino: «Hay que visibilizar las dificultades de una mujer deportista cuando decide ser madre y continuar con su carrera deportiva. No es un camino fácil. Es un camino que no está regularizado, se necesitan más ayudas, más becas», reclama.”
(Información publicada el 6/5/23) Declaraciones de Lucila Pascua, presidenta de la Asociación de Jugadoras de Baloncesto. «Los hombres que ocupan los puestos de poder se pueden imaginar qué es ser mujer y lo que es vivir en un mundo de la precariedad, que existe en el deporte femenino, pero ellos no saben las necesidades concretas de las mujeres. Entonces legislas en base a lo que tú piensas qué es ser mujer y qué es tener esas experiencias, pero no en base a que has vivido eso».
“El principal problema del deporte profesional femenino estriba en que muchas deportistas no cotizan a la Seguridad Social ni cuentan con contratos laborales. Los puestos de poder están acaparados, en su gran mayoría, por hombres. La regulación laboral del deporte profesional está obsoleta, se rige por el Real Decreto 1006 del año 1985, que regula la relación laboral de los deportistas profesionales. «Un decreto que no contemplaba la maternidad, la conciliación… Necesitamos una nueva ley y le corresponde impulsarla al Ministerio de Trabajo».
Estamos ante la inminente inauguración de unos nuevos Juegos Olímpicos, y sorprendentemente no hay interés mediático por saber si ha habido cambios en el trato desigual denunciado por las deportistas, con el añadido que ahora introduce la aprobación de una Ley Orgánica que defiende la existencia del “sentirse/pensarse mujer”, que hace saltar por los aires la competición entre iguales. La sombra de la queerinquisición es muy alargada.
Bajo estas premisas, el espacio que queda para la difusión de la defensa de la Igualdad de Derechos, Oportunidades y Responsabilidades de mujeres y hombres es prácticamente el de las RRSS. Pero en él la transparencia informativa no es una seña de identidad.
Por eso, y cortando por lo sano, quiero decirle al señor Ignacio Arsuaga, Presidente de CitizenGO, que aunque mi firma y la de muchas de mis compañeras con ideología Feminista aparezca en una recogida de firmas bajo el lema “Defendamos los deportes femeninos en los Juegos Olímpicos de París”, cuyo texto refleja la realidad de la tropelía cometida con la inclusión de deportistas “trans” en las categorías femeninas, no existe relación alguna entre ese texto y la captación falaz que usted hace de ella para incluirnos como miembros de una plataforma cuya existencia desconocíamos, en una carta que nos está haciendo llegar.
Absolutamente nada de lo que yo expongo en este artículo de opinión, que es reflejo de la ideología Feminista que defiendo, me vincula a lo que sea que usted preside, ni me relaciona en modo alguno con lo que usted denomina “gran batalla ideológica y espiritual”.
Y así mismo, apelando a cortar por lo sano, animo a todas las personas con ideología Feminista que hayan sido objeto de esta captación falaz de nuestra firma, a denunciarlo públicamente.