¿Saben aquel que diu ‘el matrimoni es una creu i l’amant, el Cirineu’? Es un refrán catalán. Para aquellos, pocos, de los avispados lectores de Crónica Libre que ignoren quién fue Simón Cirineo, recordarles que ayudó a Jesús a llevar la cruz en el camino hacia el Gólgota.
Camila del Reino Unido es el cirineo de nuestra historia. La protagonista, durante tantos, demasiados, amargos años, del Romance de la otra que cantaran Concha Piquer y Rocío Jurado. Las más grandes. Ella la llevó en solitario y ahora comparte la cruz de la vida con su gran amor: el rey Carlos III.
Harry recuerda la presencia de esa ‘Otra’. “No entendíamos [se refiere a él y a su hermano Guillermo] lo que les pasaba a ella [Diana] y a mi padre, pero intuíamos bastante y captábamos la presencia de la Otra Mujer…
De pronto, con la desaparición de mi madre… era libre de ver a la Otra Mujer sin esconderse tanto como quisiera. Pero verla no era suficiente…”
Una mujer a la que desprecia:
“Para mi padre, una reverencia. Tienes que tratarlo de ‘alteza real’ o ‘señor’. A lo mejor puedes darle un beso en ambas mejillas si se acerca a ti; si no, estréchale la mano.
En el caso de Camila, nada de reverencias. No es necesario, basta con un beso fugaz o con estrecharle la mano.
¿Nada de reverencias? ¿Seguro?,pregunta Meghan.
No me parecía apropiado.”
Así alecciona Harry a Meghan Markle en el primer encuentro antes de anunciar su compromiso.
¿Esperaba Camila esta corona de espinas del renegado Harry? Seguro que sí. Pero ella, tallada en la incertidumbre es ahora, como diría ‘Pam’ que de eso sabe un pastizal, una mujer empoderada.
El vestidor de Clarence House
La residencia de Clarence House está a poca distancia del Palacio de Buckingham y ha sido el hogar de muchos miembros de la familia real. Harry vivió allí desde 2003 a marzo de 2012.
La habitación del príncipe en Clarence House fue el escenario escogido para exorcizar los agravios recibidos. Camilla no albergaba rencor, tan solo dolor. Quería olvidar. Mandó fumigar la estancia y borró cualquier recuerdo, hasta el olor, del que había sido su último y nauseabundo ocupante. “Viví en Clarence House de los diecinueve hasta los veintiocho años. Cuando me marché de allí, Camilla convirtió mi habitación en su vestidor. Intenté no sentirme afectado. Pero sí que me afectó la primera vez que lo vi.” Recuerda un despechado Harry que no descansa en sus reproches.
Es la madrastra malvada del cuento de hadas truncado de su madre. La villana instigadora de la agresividad de la prensa hacia él y Meghan. “No sabía cómo sentirme ante la idea de tener una madrastra que, según pensaba, me había sacrificado en el altar erigido para sus relaciones públicas.” Harry acusa a Carlos y Camila de no protegerlo cuando Rebekah Brooks, la editora de The Sun, publicó una historia sobre él y su adicción a las drogas mientras estudiaba en Eton.
Harry y las drogas
“Una sanguijuela asquerosa, deduje. Todos los que la conocían coincidían en que era una pústula en el culo para la humanidad, además de una periodista de mierda.”
El domingo 13 de enero de 2002 aparece un titular demoledor para el joven príncipe [tenía 17 años] en la portada de News of the World: “Harry’s Drugs Shame” [La vergüenza de las drogas de Harry]. Al día siguiente, el New York Times elogiaba la respuesta de Carlos al consumo de drogas por parte de su hijo:“En agosto, el príncipe Carlos acompañó a su hijo a una clínica para reunirse con adictos en recuperación después de enterarse de que estaba bebiendo y fumando marihuana.” La información reproducía una declaración de Robert Lefever, del Promis Recovery Center: “Lo que hizo el príncipe Carlos es lo que cualquier padre responsable debería hacer y creo que lo hizo de manera brillante”.
Harry se revela como un rencoroso patológico. La tensión aumenta según avanza el relato y acusa a su progenitor:
“Me enteré luego de que el asesor al que mi padre y Camila habían contratado hacía poco había decidido que el mejor enfoque para el caso era… sacrificarme a mí. Así, de un plumazo, apaciguarían a la periodista y mejoraría la reputación de mi padre.
Ya no sería más el marido infiel, sino que el mundo lo vería como el pobre padre abrumado que tenía que batallar a solas con un hijo consumido por las drogas.”
Desmontando a Harry
Hagamos una pausa.
Como ustedes saben Crónica Libre es ‘periodismo de investigación en estado puro’. Pues bien, nuestros sagaces sabuesos nos han hecho llegar un testimonio que pondrá punto final a esta porfía ¿Traicionaron Camila y Carlos a Harry?
Rotundamente ¡no!
Compruébenlo ustedes mismos.
“Estaba dispuesto a beber, a tomar drogas y a probar todo aquello que no me hiciera sentir como me estaba sintiendo. No bebía de lunes a viernes, pero probablemente me bebería el equivalente a una semana en un día. Y me daba cuenta de que lo hacía no porque lo disfrutara, sino por enmascarar algo”.
Harry hace esta desgarradora confesión a la presentadora Oprah Winfrey. Ambos produjeron la serie sobre salud mental The Me You Can´t See [Lo que no ves de mí], que se estrenó el 21 de mayo de 2021 en Apple TV+. Las noches de excesos le provocaban a menudo ataques de ansiedad y pánico. Harry afirma que Meghan le salvó. De sí mismo y del personaje.
Resumiendo, Harry hace caja contando su pasado de drogota y se forra acusando a su padre y a Camila de montar una historia sobre su adicción. Dada sus indudables dotes para decir una cosa y la contrarias sin inmutarse, cualquier día le vemos de asesor presidencial en La Moncloa. Uno más ni se nota.
Continuará …