“Venid, venid hermanos! Estoy bebiendo estrellas…” Parece ser que estas fueron las palabras del monje benedictino Dom Pierre Pérignon al abrir una botella de vino que resultó ser muy diferente. Lo que fue un descubrimiento accidental dio lugar a un estilo de vino que desde Francia conquistó el mundo entero, el vino con burbujas.
Los vinos espumosos tienen algo que los otros no tienen, esas burbujas que cosquillean el paladar y nos inundan de placer y alegría. Quizás Dom Pérignon descubriese el secreto de la felicidad en un cáliz ¡sorprende que no le hayan hecho santo! No hay nada como escuchar el sonido de un corcho que salta (eso sí, siempre bajo control) y disfrutar de unas burbujas finas y elegantes, a cualquier hora del día y con cualquier tipo de plato. Versátiles y pizpiretas, hoy os propongo unos vinos que alegran la vida.
Codorníu – Ars Collecta Blanc de Blancs Reserva
De la familia que inventó el cava, no nos esperábamos nada menos. Josep Raventós elaboró en Sant Sadurní d’Anoia, el primer cava en 1872 inspirándose en el método afinado en Francia para elaborar el champán. Las variedades de uvas autóctonas, parellada, macabeo y xarello, daban lugar a unos vinos espumosos muy diferentes de los franceses, con carácter propio y un toque mediterráneo, más tarde llegó la chardonnay.
El Ars Collecta Blanc de Blancs Reserva de Codorniú es un cava reserva, con 15 meses de crianza y ecológico, en el que predomina la uva chardonnay, redondeada por la parellada y la xarello.
La crianza se nota primero en nariz, con toques de panadería fina, frutos secos y algo de melocotón; luego en boca, con unas burbujas menudas y persistentes que percibimos cremosas. Un buen cava como este acompaña bien cualquier plato aunque, si nos obsesionamos en buscar el maridaje perfecto, entonces casémoslo con cocina fusión, sushi y todo tipo de frutos del mar.
PVP: 19.90 €
Gramona – Tres Lustros Gran Reserva Brut Nature
Gramona es una bodega familiar del Penedés con 120 años de historia elaborando espumosos. Hace unos años, con ánimo de establecer unos estándares más altos en la elaboración de los vinos espumosos, crearon, junto con otras bodegas emblemáticas del Penedés, la marca colectiva Corpinnat, que requiere viñedos 100 % ecológicos, cosecha manual, largas crianzas y compromiso con las variedades históricas entre otros requisitos.
De aquí este Corpinnat Gran Reserva, coupage de uvas macabeo y xarello, con 80 meses de crianza sobre sus lías. Esas lías dan sus vidas para que cuanto más tiempos de crianza más fina y elegante sea la burbuja, eso sí, después de haberse comido todo el azúcar. Aquí tenemos un brut nature, lo que significa que tiene menos de 6 gramos de azúcar por litro, seco y muy, muy elegante.
La corona de burbujas infinitamente ligeras que aparece en la copa es poesía pura, los aromas son los de la crianza, algo de pastelería y toques de fruta de hueso. Cremoso en boca y gastronómico como pocos.
PVP: 35.50 €
Vilarnau – Rosé Delicat Reserva
Burbujas rosadas, lánguidas e insinuantes. Los espumosos rosados tienen una historia curiosa que contar. Al principio en Francia el champagne tenía que ser blanco y que saliera rosado, por el contacto accidental del mosto con las pieles de la uva, donde se concentra el color, era una desgracia que comprometía la calidad del producto.
La argucia de los productores les llevó a despachar estos vinos defectuosos en lugares oscuros y de dudosa reputación, donde su color no se percibía, como cabarets y café chantant. Desde los tiempos del Moulin Rouge mucho ha cambiado y ahora los espumosos rosé son los más de lo más. Vilarnau, bodega con espíritu minimalista y elegante, nos propone este cava reserva con un color rosa pálido exquisito y una burbuja refinada.
El coupage de garnacha y pinot noir da lugar a unos aromas de violetas y rosas con destellos de frutillas rojas, como fresas y frambuesas. En boca es aterciopelado, suave y fresco. Hay que disfrutarlo en compañía de gente agradable, desde el mediodía hasta noche profunda con aperitivos, arroces, pastas o lo que se tercie.
PVP: 15 €
EPC – Blanc de Blancs Brut
Aquí tenemos un champagne sin maison, es decir, que no está elaborado por una de las bodegas que según la tradición de la región compran vino a los vignerons (viticultores) para su elaboración. EPC representa una agrupación de viticultores, un modelo novedoso en el que todos ellos están involucrados en todo el proceso de creación.
Se trata de un Blanc de Blancs, que es como se denomina el champagne cuando en el coupage solo están presentes variedades blancas, en este caso 100% chardonnay. Extra Brut (tiene menos de 5 gr de azúcar por litro) con un mínimo de 29 meses de crianza es fresco y vivo, tiene carácter y finura.
Es un vino que expresa su terroir, con toques cítricos y de manzana, unas burbujas persistentes y refrescantes. Cremoso en boca, los productores sugieren acompañarlo con ternera, risotto de seta u ostras y garantizan que los invitados van a pedir una segunda copa, nosotros sugerimos tener lista una segunda botella.
PVP: 50 €
Contreras Ruíz – Lumé Brut
Espumoso y andaluz, porque en Andalucía hay burbujas de buena calidad. En este caso tenemos un brut elaborado con una variedad 100% autóctona del Condado de Huelva, la zalema.
Dicen que fue la uva de los vinos que salieron con los barcos de Colón para el Nuevo Mundo. Es una variedad que tiene mucho cuerpo y estructura lo que le da larga vida y, en este caso, capacidad de crianza sobre lías. Perfecta para un espumoso.
Es joven y vivaraz, muy fresco y con aromas de azahar, compota y membrillo. En boca es cítrico y tiene el punto salino típico de los racimos de estas tierras, crecidos sobre albariza y besados por los vientos del Atlántico. La estructura y la salinidad lo hacen perfecto para maridar con cualquier tipo de marisco, pescado, paté, jamón o carnes blancas.
PVP: 11.90 €
Ferrari – Maximum Brut
Los italianos también adoran las burbujas y Ferrari, en este sentido, es todo un icono nacional. En el Bel paese el espumoso se llama spumante, el método champenoise se denomina metodo classico y a las burbujas son perlage.
La casa Ferrari, lleva elaborando spumante desde 1902, en la DO Trento Doc situada en la región alpina del Trentino, en la frontera con Austria. Estos Ferrari no tienen parentesco con los descendientes de Enzo, el de los coches, pero sus vinos son la realeza de los espumosos.
Aquí tenemos toda la elegancia de la uva chardonnay cultivada en altura, con más de 36 meses sobre lías. Aromas de pastelería, flores, pan tostado y avellana. Delicado, con un carbónico perfectamente integrado y un perlage fino, persistente y elegantísimo. En boca entra sedoso, pasa refrescando y deja una sonrisa en los labios como un paseo por la dolce vita.
PVP: 33 €
González-Byass – Croft Twist
Técnicamente no es un vino porque su gradación alcohólica es de 5,5 º. Tampoco es un espumoso al uso, pero tiene burbujas, es divertido, refrescante y, lo más importante, nos ha alegrado el aperitivo.
La bodega González-Byass es una de las más icónicas del marco de Jerez y su fino Tío Pepe es uno de los vinos españoles más conocidos internacionalmente. Quizás estemos frente a otro éxito internacional, porque este fino spritz a base de uva palomino y Pedro Ximénez tiene todas las papeletas para animar los aperitivos veraniegos en playas, terrazas y azoteas.
Es extremadamente fácil de beber por los matices que le aportan al vino los ingredientes que aparecen en la etiqueta: sauco, cítricos y hierbabuena. Perfecto con unos hielitos y amigos risueños.
PVP: 9 €