Sostengo para quien quiera escucharme, que no son muchos, que continuamos en la agonizante era post Lehman Brothers, de la que no hemos salido, ni mucho menos. La clase media ha sido la gran pagana de esta mega crisis, primero con una gran devaluación interna en forma de caída de salarios y de pymes (y no tan pymes) y ahora que ya no pueden rebajarse mucho más ni los sueldos, ni los márgenes empresariales, nos llega la segunda oleada devaluadora, en forma de inflación. Dicho de otro modo: prácticamente todo el mundo sigue estando peor que en noviembre de 2008. Los salarios, el PIB español, las empresas, Europa… ¿todo? No, hay un pequeño grupo de ganadores: JP Morgan, Goldman Sachs y Morgan Stanley.
La verdad es que es para llorar. JP Morgan, el mayor banco no chino del mundo, sube en Bolsa desde los mínimos post Lehman de febrero de 2009 un 500%. Desde el entorno de los 22 dólares por acción a los actuales 138, lo que le otorga un valor de mercado de 400.000 millones de dólares. Tocó los máximos históricos hace poco. Por comparar: la mayor empresa de España, Inditex, vale 96.000 millones (al cambio, unos 106.000 millones de dólares). Inditex fabrica ropa de moda, que vende en todo el mundo. JP Morgan no fabrica nada, pero es 4 veces mayor.
OK, uno puede decir que JP es un banco con una fuerte división de banca comercial y que, además, le están mejorando los ingresos gracias a la subida de tipos. Algo hay de eso. Pero ¿Goldman Sachs? ¿Morgan Stanley? De hecho, ¿todavía existe Morgan Stanley? En Madrid tiene una oficina en la calle Serrano, pero ¡si no hacen casi ruido!
La Bolsa en la era post Lehman Brothers
Pues sí existe, y vale en Bolsa 144.000 millones de dólares, pese a haber sido troceada en mil pedazos y haberse salvado del rescate años ha, in extremis. Me he quedado estupefacto al verlo. Cotiza a 86 dólares, desde los 10 que llegó a valer tras la quiebra de Lehman, cuando era una entidad fallida de facto. La verdad es que su historia es un chiste. A principios de 2007 ya iba de pena y tuvo que entrar en su capital el fondo soberano chino.
Luego, el Tesoro americano la contrató para arreglar la crisis de las agencias hipotecarias Fannie Mae y Freddie Mack, que estallaron antes que la banca de inversión. No deja de tener ironía que estos brokers de alto standing irrumpieron para a arreglar una crisis, cuando iban a ser los siguientes en quebrar. Los bomberos pirómanos.
Siempre se dijo que Merrill Lynch cayó en lugar de Morgan Stanley por mera casualidad. Uno de los dos tenía que hacerlo y fue el primero, absorbido por Bank of America. A los segundos, se les permitió aguantar, con un plan de viabilidad basado en su conversión en banco tradicional, lo que les habilitaba para estar bajo el amparo de la Reserva Federal. De paso, entró en la firma el Mitsubishi UFJ Bank japonés, que depositó en efectivo el dinero por el 21% del capital. A tocateja. Hay quien dice que fue la mayor cantidad de dinero físico jamás juntada para una operación. (Unos 9.000 millones de dólares).
Inyección de la Reserva Federal
Pero de Morgan y su papel como ‘banco tradicional’ no se han tenido noticias, a pesar de que precisó una inyección de la Reserva Federal de más de 100.000 millones de dólares. En España, de hecho, vendió su división de banca privada a La Caixa y se dedica a operar sólo como banco de inversión. Lo que deja dinero de verdad. Morgan vale hoy casi 6 veces más que la entidad que preside Isidre Fainé, que sigue con sus oficinas y se preocupa porque los viejecitos no están preparados para los cajeros digitales.
Goldman Sachs, la mítica firma de la que tan poco se sabe, sube un 530% y vale 112.000 millones de dólares. Goldman es, quizá, la entidad sobre la que hay más leyenda negra. Que si son ‘el eje del mal’, o, más importante aun, que han sido ellos quienes de verdad diseñaron el actual mundo deflacionario, donde un puesto de trabajo por cuenta ajena y algo de prosperidad para la clase media parecen ideas de otra galaxia. Para todos, menos para ellos. Desde luego, Mario Draghi, ex presidente del Banco Central Europeo (BCE) y responsable de la política de inyecciones monetarias que tanta inflación nos ha causado («whatever it takes«) era el jefe de Goldman en Italia.
En Grecia, ¿quién ayudó a falsear sus cuentas, que tantos quebraderos de cabeza trajeron a la Eurozona? Goldman. ¿Quién supervisó en EE UU el programa TARP (Trouble Asset Relief Program) de rescate a la banca? Neel Kashkari, en su momento nombrado a toda prisa Subsecretario del Tesoro estadounidense y hoy presidente de la Reserva Federal de Minneapolis. ¿De dónde venía? De Goldman Sachs. Querida y deseada Goldman, una firma que siempre ha tenido clara la importancia de la política. Y viceversa.
Operativa tóxica
“Adiós a la banca de inversión”, se dijo en 2008, ante aquella medida cosmética para salvarles. Transformarles en bancos de toda la vida, al parecer, les iba a convertir en entidades de crédito, con sus cuentas corrientes, sus financiaciones a la economía real, su retirada de los productos financieros complejos… Iban a ser buenos, a partir de entonces.
Lo cierto es que nunca estuvieron en eso. Poco tiempo después, estaban a tope con la operativa de trading, derivados, hedge funds (tirándole cortos a los países de la Eurozona, entre ellos España), financiaciones de todo tipo, apalancamientos y demás operativa tóxica. Sí, tóxica. Lo digo yo, y lo sostengo. La operativa de los bonus mega millonarios. La que nos ha reflejado una y mil veces de manera bastante real el cine y las series de Netflix o HBO.
Conviene recordar que seguimos en la vida post Lehman, que es la que certifica el final de la Era Contemporánea. La gente ha olvidado que entre 2007 y 2008 se asistió a un colapso financiero global, que se tradujo en riesgos de quiebras de países, entre ellos, el Euro. Y que nos ha abortado la vida de prosperidad real para las clases medias, que llegamos a rozar con los dedos.
Economía «porqueyolovalgo«
Aquello estalló tras la caída de las agencias hipotecarias estadounidenses ya citadas, así como el banco Bearn Stearns. Ambos colosos inmobiliarios, y también el pequeño banco, se empezaron a derrumbar, llenos de ladrillo inflamable. Fannie y Freddie, junto a Bearn, casi a la vez, no pudieron digerir un infierno de vehículos financieros de toda condición que crearon el disparate: titulizaciones ad infinitum que eliminaban (supuestamente) los riesgos; derivados y productos híbridos emitidos contra cualquier activo impreso, pero nunca real, a pesar de que se decía que era real estate y, por tanto, “eso nunca baja”; los terribles CDO´s (Collateral Debt Obligations, que en teoría estaban respaldados por hipotecas, pero luego se vio que eran sólo papel)…
Economía sin subyacente. Todo, con el sello “porqueyolovalgo”, de estas firmas: JP, Goldman, Morgan… todo era calidad máxima si estaban ellos. Por supuesto, con la aquiescencia de las agencias de rating.
Eso contagió a la banca comercial ordinaria y en España, cayeron con estrépito las cajas de ahorros. Estas aglutinaban lo peor de aquel mundo: control por parte de políticos incompetentes y apoyo masivo de estos bancos sofisticados. ¿Cómo se financiaron todos los dislates inmobiliarios en nuestro país? Si determinado ladrillero aparecía diciendo que iba a construir un aeropuerto en tal sitio, a construir una promoción megalómana o a lanzar una OPA a tal compañía, siempre aparecía secundado por lo más granado de la banca de inversión, que era quien, presuntamente, financiaba todo.
El precio del petróleo
¿Lo financiaban ellos? No: Lehman, Goldman y JP (por citar algunos) lideraban un pool que, a su vez, sacaba los millones a todas las cajas de ahorros habidas y por haber. Lideraban los bancos cool, ponían el dinero las cajas.
En estos años posteriores de tipos al cero se han puesto las botas en financiar todo tipo de cosas, start ups, salidas a Bolsa más que dudosas; se han adueñado del control de la deuda emergente, las materias primas… Cada vez que veo un calentón del precio de la energía, sé que está Goldman o JP detrás. Los mismísimos JP creen que el petróleo está baratísimo y que debería estar entre 300 y 500 dólares el barril. Ole.
En fin… mientras eso ocurre, no están por encima de los tiempos post Lehman en Bolsa ni Santander, ni BBVA, ni BNP Paribas, ni HSBC… ni siquiera el Citigroup, que también puede considerarse otro de los tótems de la banca de inversión. En Europa, los líderes de la banca sofisticada están más que tocados. Credit Suisse ya ha dicho hasta aquí hemos llegado y cuidado, que el UBS no es mucho mejor. Deutsche Bank es una larga historia y si no ha enseñado más la patita es por lo sistémico que es en Alemania.
Cuanto peor le va a la sociedad, mejor les va a ellos
JP y Goldman imponen su ley. “Nada se cuece en la city londinense sin el visto bueno de Goldman”, me contaban desde un fondo británico hace unos días. “Lo controlan todo: la regulación, las políticas, la economía…”. No sé si será cierto, pero ahí están. Nada puede con ellos.
Cuanto peor le va a la sociedad, mejor les va a ellos. Quizá nos quede como único consuelo que Lloyd Blankfein, ex presi de Goldman, lamentara ciertas prácticas del pasado, una vez dejó el cargo, eso sí. Cuando uno lee cosas como estas, sólo le vienen a la cabeza respuestas como las que daba Makinavaja: “po fale”. A buenas horas.
Bueno, se me olvidaba: en España tenemos un caso aislado. Casi un epifenómeno: Renta 4, una entidad que salió a Bolsa justo el día del máximo histórico del Ibex, en 2007. Sólo podía caer, por tanto. Pues esa firma sí ha recuperado lo perdido en el mundo post Lehman.
Poco a poco, sin alharacas. Claro que es una entidad creada con su esfuerzo por una persona de la talla de Juan Carlos Ureta, Agente de cambio y Bolsa, Abogado del estado y que, para empezar, puso su dinero y su talento en su propia Sociedad de Valores, que convirtió en banco. La dedicación, colocar su propio patrimonio (cosa que ni un banquero de inversión ha hecho) y el cuidado a sus clientes, sin venderles motos ni delirios de grandeza, han sido la clave. Está en las antípodas de la banca sofisticada. Ojalá hubiera más bancos así.