Hay quienes piensan que la paciencia de las mujeres Feministas es infinita. El caso de Yolanda Díaz es un ejemplo paradigmático, y su elección de Elisabeth Duval como portavoz de Feminismos, Igualdad y Libertades LGTBI+ ha sido un claro indicativo de la contumacia en el error en que sigue la “izquierda sentida”.
Antes del 28M mujeres referentes dentro del Movimiento Feminista explicaron que la Agenda Feminista y la del Colectivo LGTBI+ eran muy diferentes, y que había reclamaciones del Colectivo que iban en contra de los derechos de menores y mujeres.
Esas reclamaciones no tenían como objetivo la revocación de la asimetría jerarquizada existente entre los sexos, que situaba como dominante a los varones y a lo catalogado como masculino, y como subsidiario a las mujeres y lo catalogado como femenino, y cuyo mantenimiento del statu quo siempre ha precisado de la aplicación de la violencia alimentada con la minusvaloración y el desprecio instrumentalizados por el maldito género. Más bien al contrario, ya que algunas de ellas se apoyaban en la naturalización de esa asimetría jerarquizada.
Por eso han chocado frontalmente con las reclamaciones Feministas. La ideología Feminista no busca optimizar y mercantilizar la capacidad de adaptación de mujeres y hombres al modelo depredador y segregacionista que mantenemos, no busca la aceptación del sistema sino su revocación, y propone que mujeres y hombres construyan un modelo de sociedad que esta vez sí sea igualitario y socialmente justo.
El Voto Feminista no es un voto cautivo
Pero el discurso de los partidos progresistas ante la opinión pública ha mantenido oculto estos hechos, y en esta labor han contado con la colaboración de los grandes medios de comunicación. La tergiversación del mensaje Feminista y la censura a las voces que lo representaban ha sido constante durante el Gobierno de coalición sí, pero Feminista no, que hemos tenido.
Ante esta práctica política por completo inaceptable muchas mujeres Feministas demostraron el 28-M que el Voto Feminista no es un voto cautivo. Entonces exigieron públicamente a los partidos progresistas que mostraran en sus programas políticos y en sus intervenciones en campaña, propuestas políticas orientadas a mejorar las condiciones socioeconómicas de las mujeres, y a deslegitimar la naturalización de la aplicación de la violencia machista.
Pero ni quisieron hacerlo entonces ni han querido hacerlo en este nuevo proceso electoral. Un claro ejemplo es la propuesta política del tándem Yolanda Díaz- Elisabeth Duval, que dice utilizar argumentos feministas cuando afirma que el proyecto de Sumar no plantea un “feminismo de trincheras”, que “el feminismo no está en guerra con nadie”, ni plantea “una guerra de sexos”. Su proyecto va de “ganar libertades” tal y como explicó la candidata Díaz en un acto electoral en el Teatro Pavón de Madrid:
«Estamos ganando libertades las mujeres y los hombres», «hombres que también se suman a las libertades» y «combaten el machismo en nuestro país, que combaten la homofobia». «Vamos a seguir ensanchando derechos con esos hombres».
(Censuramos) el «modelo hegemónico de masculinidad que quiere la extrema derecha», que consistente en el «matonismo», y que no hace sino «conducir al sufrimiento» a los propios hombres que lo practican.
Pero las mujeres Feministas sabemos que no está hablando con argumentos Feministas, porque claramente ni menores ni mujeres están ganando en salud y libertad sexual ni en salud y libertad reproductiva, áreas en las que reina el comportamiento machista ante la dejadez de los varones cuyas libertades aquí no se ven comprometidas.
El Feminismo no mantiene una guerra entre sexos sino una actitud de oposición a la asimetría jerarquizada existente entre los sexos. Asimetría jerarquizada ante la que el Colectivo LGTBI+ nunca ha manifestado su oposición, como las mujeres integrantes del Movimiento Feminista sabemos, y también saben los poquísimos hombres comprometidos con la ideología Feminista que se oponen junto a nosotras.
El Movimiento Feminista es Abolicionista de toda práctica mercantilizadora de la deshumanización de menores y mujeres, tales como la pornografía, la prostitución y la apropiación de bebés, por eso ha hecho denuncia pública de estas actividades y ha exigido a nuestras/os representantes políticas/os su deslegitimación social y medidas políticas Abolicionistas encaminadas a su erradicación. Pero el Colectivo LGTBI+ parece estar más interesado en asumir y naturalizar esa deshumanización, hecho que siempre ha contado con el beneplácito neoliberal para que esas prácticas pudieran ser presentadas como “libertades”:
En 2017 la Plataforma Unitaria por los derechos en el Trabajo Sexual (PUTS) hizo público un Manifiesto que recoge lo siguiente: “Continuamos reclamando que se atienda a nuestra postura y recomendaciones acerca de nuestro trabajo. Insistimos en la ineficacia de denominar cualquier situación de discriminación hacia las mujeres bajo el rótulo de ‘violencia de género’, no solo por poco rigurosa, sino también porque invisibiliza y merma los esfuerzos por atender a las víctimas reales de la violencia machista.”. Entre las entidades firmantes están Col.lectiu Lambda-Comunidad Valenciana. Colectivo de Lesbianas, Gays, Trasexuales y Bisexuales de Madrid- COGAM.
También en 2017 el Ayuntamiento de València elaboró un “Protocolo de intervención con víctimas de Trata para la explotación sexual en la ciudad de València”. De los nueve Programas aportados para la atención de las personas explotadas sexualmente, sólo el de LAMBDA las presenta como “trabajadoras/es sexuales”
En la Memoria FELGTBI+ 2021 “Feminismos, Igualdad y Derechos Humanos”, recoge en el apartado “Salud Integral y VIH y sida” el “Programa “PrevenSex”, de prevención de la infección por el VIH y otras ITS en mujeres trans trabajadoras del sexo (TTS) y hombres trabajadores sexuales.”, programa que lleva recibiendo subvenciones del Ministerio de Sanidad con ese nombre desde 2013 hasta hoy, aunque desde 2005 a 2012 las recibió presentando el programa con otros nombres, entonces era para “personas homosexuales, bisexuales y transexuales que ejercen la prostitución” y para “varones que ejercen la prostitución” y “mujeres transexuales que ejercen la prostitución”.
La memoria nombra a las entidades que participaron en el Programa: COGAM, Colectivo de Lesbianas, Gais, Transexuales y Bisexuales (Madrid), LAMBDA, Colectivo de lesbianas, Gais, Transexuales y Bisexuales (Valencia), SOMOS (Zaragoza), GAMÁ (Las Palmas de Gran Canarias), STOP (Barcelona), – AMLEGA (Melilla). La subvención que recibió del Ministerio de Sanidad en 2022 el Programa “PrevenSex” fue de 75.000€. El Colectivo COGAM tiene un programa enfocado al “trabajo sexual” propio: “Transmadrid – Tmsex es un programa de atención integral a mujeres trans y hombres que ejercen trabajo sexual”.
Otra postura que ejemplifica lo útil que le resulta al sistema lo que el Colectivo LGTBI+ presenta como “libertades” es la reclamación de la regularización de la explotación reproductiva de las mujeres: Noticia publicada en 2015: “La Confederación Española LGBT COLEGAS y la Federación de Gais, Lesbianas, Transexuales y Bisexuales (FELTB) celebran que los consulados españoles puedan volver a inscribir a los hijos concebidos por ‘gestación subrogada’ en el extranjero, aunque instan a los grupos parlamentarios a que aprueben pronto una legislación que regule esta práctica en España y «no sigan ignorando esta realidad».
Noticia publicada en 2016: “Se ha constituido la Plataforma Estatal LGTB, formada por 25 asociaciones LGTB, entre las que se encuentra SNH (Son Nuestros Hijos), que pide la regularización de la gestación subrogada.”
Noticia publicada el 29 de marzo de 2023: “La asociación de familias por gestación subrogada ‘Son nuestros hijos’ ha explicado que la instrucción de 5 de octubre de 2010 del Ministerio de Justicia, que sigue vigente en España y que permite la inscripción en el Registro Civil a sus hijos es «un legado del socialista Pedro Zerolo», con quien negociaron el texto.”
Es evidente que hay sobrados motivos para la desafección de muchas mujeres Feministas con los partidos progresistas, porque éstos han elegido defender unas propuestas que erosionan el trabajo realizado en la defensa de los derechos de menores y mujeres, y esa desafección se notó en el descenso de voto a dichos partidos en las últimas elecciones. Circunstancia que ya les debería haber hecho entender que hemos escapado de la tutela ideológica que mantenía cautivo nuestro voto.
La ideología Feminista es un proyecto político progresista con entidad propia, que sabe que otro modelo de sociedad es posible y que se ha propuesto conseguirlo. La paciencia de muchas mujeres Feministas ante el desdén continuado a sus reclamaciones o ante su tergiversación ya se ha acabado. Y ha arrastrado consigo el cautiverio político impuesto a su voto.
