vientres de alquiler

Lilly Frost: la reina de los vientres de alquiler en México y California, detenida por robo y fraude. «Estafaba a clientes y a las madres subrogadas»

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Llegó a tener una auténtica granja de mujeres con fines de explotación reproductiva y sin atención médica, mujeres embarazadas secuestradas y hacinadas en condiciones infrahumanas. A una de ellas incluso se le implantó un embrión con esperma infectado de VIH sin su conocimiento. El caso de Lilly Frost es uno de los más nauseabundos del negocio de los vientres de alquiler en todo el mundo. Tras años de escándalos y denuncias, usando nombres falsos y abriendo y cerrando clínicas, el FBI ha detenido, por fin, a la que fuera la cara amable de la gestación subrogada en EEUU y México acusada de robar cientos de miles de dólares, de fraude y de trata de personas. En el momento de la detención sufría una sobredosis de ketamina y fentanilo. Crónica Libre entrevista en exclusiva a una de las primeras personas en denunciar un negocio fraudulento de una práctica criminal.

Cuando Michael Bravo, un estadounidense residente en Miami, contactó con la agencia de vientres de alquiler My Donor Cycle & Surrogacy de San Diego (California), pensaba que era propiedad de Lilly Frost, porque así se presentaba en la flamante web de la agencia. Pero Lilly Frost no existía. La detenida por estafa de cientos de miles de dólares se llamaba Lillian Arielle Hinckley. Casada con el abogado Neal A. Markowitz, del que tomó el apellido, el negocio estaba registrado a nombre de ambos. La verdadera Lillian Markowitz también solía usar otros alias, además de Lilly Frost, como Lillian Arevalo o Lillian Revalo.

«Después de indagar por internet, encontré dos programas que me interesaron por su precio y porque prometían bebé garantizado, uno en Colombia y otro en Cancún, México. La web de la agencia de Lilly Frost era la que ofrecía el programa en Cancún y contacté con ella para obtener más información». Así fue como Michael Bravo conoció a la que se hacía llamar Lilly Frost. En la web de la agencia My Donor Cycle & Surrogacy también aparecía Diana Aguilar, encargada de reclutar a ovodonantes y madres subrogadas en México.

Compartir donantes de óvulos

«Esto es lo único que sabía, pero desconocía por completo que Lilly Frost había estado implicada en asuntos muy turbios, como el caso del Planet Hospital de Cancún, del que logró salir impune, y otros que descubrí más tarde«, confiesa Michael Bravo a Crónica Libre.

En la web de My Donor Cycle & Surrogacy, Lilly Frost se presentaba como pionera en compartir donantes de óvulos entre varias agencias y se jactaba de brindar el mejor servicio a los clientes y de honrar, valorar y respetar a las donantes y a las madres subrogadas, usando profusamente la palabra «ética» en la descripción de los servicios de la agencia.

De aquella luminosa y saludable Lilly Frost hoy ya no queda nada. Detenida por el FBI y enganchada a la ketamina y el fentanilo, se enfrenta a partir de ahora a múltiples acusaciones por estafa y fraude de cientos de miles de dólares. “Me ofreció varios programas que podrían interesarme, uno totalmente desarrollado en México, otro en Estados Unidos y otro híbrido. Me explicó que el de México y el híbrido tenían precios fijos y que en ese precio se incluían las donantes de óvulos, siendo las mexicanas entre 10 y 20 veces más baratas que las de California”, relata la víctima Michael Bravo.

145.000 dólares

En un híbrido, también conocido como programa cross border, los clientes firman un contrato en EE UU en el que se estipulan las condiciones, pagos, términos de pago, el sexo del bebé y parto vaginal o por cesárea a elección de los clientes, que después son llevados a México, donde se contrata médico, donante de óvulos y madre subrogada. Es muy frecuente que exijan a las candidatas a madres subrogadas visa para entrar en EE UU, porque muchas de ellas son trasladadas en los últimos meses del embarazo para dar a luz allí.

«Compré el programa de subrogación Full Mexico Program que incluía dos donantes de óvulos, fecundaciones in vitro ilimitadas, dos madres subrogadas y dos bebés, con selección de sexo como servicio adicional. No se incluía ningún seguro de riesgo o de vida de la madre, sólo para los bebés como servicio adicional, pero sin especificar qué incluía ni en qué cuantía, y me propusieron que cediera fotos de los bebés a la agencia para hacer publicidad cuando nacieran!, asegura la víctima y denunciante.

«El precio era de 145.000 dólares y tuve que entregar 30.000 dólares para empezar. También firmé el contrato de fideicomiso y deposité 55.000 dólares que empezaron a volatilizarse al poco tiempo. Después de firmar, Lilly me puso en contacto con Diana Aguilar, que llevaría el proceso en México«, añade Bravo.

Michael Blanco viajó a Guadalajara, donde conoció a Diana Aguilar. Le asignaron al doctor Saúl Ruíz y le proporcionaron catálogos de donantes de óvulos -en su mayoría blancas- y de candidatas a madres subrogadas -casi todas mestizas-, con fotos y detalles de sus vidas. Eligió a la donante de óvulos y a las dos mujeres que serían madres subrogadas, pero no llegó a conocer a ninguna de ellas en persona. Él sólo tenía que ir a recoger a los bebés cuando nacieran.

Maltrato a las madres subrogadas

En aquellos días con Diana Aguilar, ésta le contaba con la mayor naturalidad horrores cometidos en Cancún, como el caso de una madre subrogada para una pareja de alemanes que se puso de parto y fue rechazada por un hospital porque los gastos de hospital no estaban pagados por la clínica y terminó dando a luz en la calle a un bebé que murió por falta de asistencia médica.

«Me daba la impresión de que no le importaba nada lo que les hacían a las mujeres, porque también me contó el caso de una madre subrogada mexicana trasladada a California para dar a luz que no recibió ningún pago ni le proporcionaron el vuelo de vuelta a México, por lo que quedó tirada en San Diego y con la deuda del hospital, cosa que es frecuente», desvela Michael Bravo a este digital.

Y añade un detalle que dice mucho de esta práctica ilegal en España: «Según me contó Diana, la embarazada ingresa con su nombre en el hospital y una vez que acaba de parir, llegan los clientes con el contrato y la sentencia judicial de parentalidad bajo el brazo y se llevan el bebé, pero no tienen ninguna responsabilidad en la deuda contraída con el hospital, que se la dejan a la madre«.

Mujeres abandonadas en avanzado estado de gestación

Michael Bravo empezó a sospechar que estaban estafando a los clientes y a las propias madres subrogadas. Rechazó al doctor Ruíz, se puso en manos del doctor Jacobo Dabbah, de Ciudad de México y escogió nuevas donantes de óvulos y nuevas candidatas a madres subrogadas. «Pero volvieron a engañarme, había 29 ovocitos de la donante pero no había madre gestante y aquello empezaba a olerme cada vez peor. Por último, me asignaron a un tal doctor Cruz que supuestamente tenía una gestante disponible. Su nombre era Abigail. Me invitaron a una videoconferencia con ella que duró unos segundos, así que apenas la vi«, confiesa.

También se enteró por Diana de casos de clientes que cambiaron de opinión y abandonaron a las mujeres en estado de gestación muy avanzado y sin tener ya opción a abortar, y de abandono de bebés por haber nacido con problemas de salud. Casos aterradores, como el de la mujer que fue madre subrogada para un diplomático suizo que había abonado a Diana por adelantado el coste de un buen hospital privado, pero Diana se gastó el dinero y la mujer fue enviada a dar a luz en un cuartucho inmundo de un callejón en Tijuana que no contaba con el más elemental equipamiento.

A resultas de las malas condiciones en las que tuvo lugar el parto, la niña sufre hemiplejia y sobrevive con la mitad del cuerpo paralizado. «Me contó también el caso de una muchacha de Guadalajara que estaba embarazada por encargo y a los 6 meses de gestación notó que el feto se había muerto. Efectivamente, le hicieron pruebas y el corazón había dejado de latir. Ella pedía que se lo sacaran, pero Diana se había gastado el dinero de los clientes y le respondió que lo mantuviera dentro hasta los 9 meses. Y otros tantos otros horrores que me contaba Diana como si fuera lo más normal del mundo«.

Engaños a clientes

Diana Aguilar también le contó que habían tenido un cliente chino al que comunicaron que la madre subrogada elegida por él había dado positivo en embarazo. Él enviaba pagos todos los meses y recibía desde la agencia fotos e informes médicos de la embarazada, hasta que un día Diana lo llamó y le dijo «me da mucha lástima, pero no hay bebé, la gestante nos engañó«.

Michael pudo localizar a este hombre: «Me contó que había contratado a un investigador privado que comprobó que la supuesta gestante no estaba embarazada, que las fotos que le enviaba la agencia eran de un embarazo anterior y que se las habían robado de sus redes sociales, que los informes médicos no eran suyos y que tenían que ser, por lo tanto, de otra mujer. En conclusión, que lo habían estafado. En España, hay un abogado en Barcelona que lleva el caso de varios clientes estafados por Lilly Frost. También conozco el caso de un arquitecto de Mallorca al que estafaron, pero no quiere que nadie se entere por miedo a perder su reputación«.

Venta de bebés

«Sé de varios españoles que se han llevado bebés a España con documentos falsos. Los doctores Sául Ruíz y Jacobo Dabbah saben hacerlo: te buscan a una chica embarazada que por lo que sea no quiere quedarse con el bebé y te crean todos los documentos como si hubieras hecho un encargo de gestación subrogada«.

Diana Aguilar propuso a Michael Bravo comprar un bebé en Guadalajara. «Es como una adopción, yo conozco a embarazadas que pueden venderte uno, sólo tienes que llamar a la embajada y enterarte del procedimiento, el doctor Saúl Ruíz te inventa los papeles para el registro«. Le propusieron incluso que la propia hermana de Michael saliera del país con el bebé como si fuera suyo y empezó a preguntarse si estarían traficando con bebés robados.

«Conocí a un español, un chico de familia acomodada de Sevilla que tiene problemas de esterilidad al que Diana propuso comprar un bebé y presentarse en la embajada española con papeles acreditando que el bebé era hijo suyo; o sea, documentos ficticios para tramitar el pasaporte del bebé haciéndose pasar él por su padre y sin necesidad de hacer pruebas de ADN«, asegura Bravo a Crónica Libre.

«Ese hombre pagó a Diana por la compra de un bebé a una mujer que estaba embarazada y con necesidad de dinero. No sé en qué habrá quedado la cosa, pero me pregunto cuántos casos habrá así, porque la directora de otra agencia me ofreció comprar por 13. 000 dólares el bebé de una embarazada que estaba de ocho meses«, prosigue

Engaño tras engaño

En abril de 2021, Michael Bravo recibió en Miami la noticia de que por fin se había logrado un embarazo en México, pero sin aportarle ninguna prueba. Intentó que la madre gestante se reuniera con un abogado independiente y confirmara su embarazo pero nunca lo logró, nunca presentaron a la madre subrogada para la prueba de embarazo.

«Sin embargo, Hedgar Cruz, el médico que llevaba el supuesto embarazo, escribió a Lilly Frost para preguntar por mi dinero, ya que según él yo no había pagado, y en esas circunstancias él se desentendía del seguimiento del embarazo y del parto. ¡Pero ese dinero yo ya lo había pagado! Es más, 3200 dólares de mi dinero se usaron para pagar una histeroscopia a otra mujer. El médico me aseguraba que la madre gestante ya estaba en la semana 16 de embarazo, pero yo seguía sin tener ninguna prueba y por fin me di cuenta de que todo había sido una estafa. Se habían quedado con mi dinero y yo me quedé sin nada«.

Denuncia al FBI

Con sospechas más que fundadas de que estaba en manos de un cártel criminal, Michael Blanco contactó con el FBI y fue cuando se enteró de que llevaban tiempo investigando a ese grupo encabezado por Lillian Markowitz, alias Lilly Frost, por trata de personas, fraude en visados y abusos a mujeres. Una veintena de clientes de My Donor Cycle & Surrogacy fueron robados y estafados.

Lilly Frost ya había estado involucrada en muchísimos escándalos que habían saltado a los medios. Un reportaje titulado Inside the dark world of Mexico’s booming baby business cuenta el caso de una madre subrogada contratada por Lilly Frost que temió por su salud al haberle sido implantado un embrión con esperma infectado de VIH sin su conocimiento. Otra mujer contaba que no le pagaban ni para comer durante el embarazo y que se moría de hambre. Y mientras Lilly Frost frivolizaba con el riesgo de infección por VIH y la escasez de comida, la propia coordinadora de la empresa reconoció que todo lo que contaban aquellas mujeres era cierto.

En ese documental también se habla del escándalo del Planet Hospital, la agencia de subrogación de Rudy Rupak (uno de los muchos alias que utilizaba el acusado Acharyya Rupak) que operaba en Cancún y que cerró repentinamente llevándose todo el dinero de sus clientes y dejando en la calle a un montón de mujeres pobres embarazadas. La agencia de Lilly Frost era una de sus proveedoras de óvulos. Rupak usaba el dinero de los nuevos clientes para pagar los procesos de gestación subrogada de los clientes existentes y transfería esos fondos a la empresa de Lilly Frost.

Después del escándalo del Planet Hospital, Lilly creó otra agencia en Cancún, Surrogacy Beyond Borders, pero una mujer que logró fugarse de la casa donde Lilly mantenía hacinadas a las madres subrogadas denunció que tenía secuestradas y viviendo en condiciones inhumanas a unas doce mujeres embarazadas.

Una auténtica granja de mujeres con fines de explotación reproductiva y sin atención médica, porque Lilly Frost tenía facturas impagadas en la clínica que debía llevar el seguimiento de las embarazadas. Las reseñas sobre Lilly Frost en redes sociales, blogs y youtube son aterradoras y dan cuenta de la pesadilla que vivieron muchas mujeres que intentaron sacarse un dinero donando óvulos y terminaron en el hospital con síndrome de hiperestimulación ovárica, o se ofrecieron a ser madres subrogadas y terminaron en la calle, más empobrecidas si cabe, con problemas de salud, endeudadas con el hospital y teniendo que hacerse cargo de otro hijo que no deseaban tener y no podían mantener.

Aquella flamante Lilly Frost que aparecía rebosante de salud y de glamour en la web de la agencia My Donor Cycle & Surrogacy, fue detenida en Portland y se enfrenta hoy a serias acusaciones por fraude y robo, la primera la de los Ackerman, a la que seguirán todas las que tiene pendientes por parte de una veintena de clientes estafados.

En el momento de su detención, estaba bajo los efectos de una sobredosis de ketamina y fentanilo y tuvo que ser trasladada por la policía a un hospital del que intentó huir, pero fue de nuevo atrapada y encarcelada. Lillian Arielle Markowitz no podrá explotar ni violentar a más mujeres, ni lucrarse con la venta legal o fraudulenta de sus hijas e hijos recién nacidos.

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