Mareos, vómitos, problemas respiratorios y del sistema digestivo, palpitaciones, imposibilidad de mover las extremidades, visión borrosa… son los terribles síntomas que sufren las niñas intoxicadas en sus escuelas por un gas desconocido. Parece una película de terror, de esas que te provocan un nudo en la garganta y te hacen reflexionar cómo alguien es capaz de realizar esa atrocidad. Pero no, es la cruda realidad y está ocurriendo en Irán. «Es evidente que alguien quiere que cierren las escuelas de niñas», ha asegurado el ministro de sanidad iraní. La oposición apunta a grupos religiosos como responsables de que las niñas dejen de ir a clase.
El Gobierno de Irán ‘investiga’ los envenenamientos de hasta 700 menores en más de 40 escuelas diferentes ciudades. Los principales ataques se han producido en la provincia de Teherán y de Qom y las víctimas rondan los 10 años aproximadamente, edad a la que las niñas deben vestir el velo obligatoriamente. Las ciudades más afectadas en un principio fueron: Teherán, Shahriar, Pakdasht, Borujerd, Safadasht, Lahijan y Rasht.
El primero de los casos se produjo en el Conservatorio Noor Yazdamshahr el pasado mes de noviembre, aunque volvieron a repetirse los casos por envenenamiento en el mes de diciembre en la provincia de Qom, la ciudad más santa para el islam de la corriente islámica chií.
Las afectadas han padecido mareos, vómitos, problemas respiratorios y del sistema digestivo, palpitaciones, imposibilidad de mover las extremidades, visión borrosa etc.
«Un producto de uso no militar porque está disponible en el mercado»
Según ha declarado Hamidreza Shabani, portavoz del Departamento de Educación provincial a la agencia de noticias local Tasnim, no se ha producido ningún caso de fallecimiento de momento. Las autoridades iraníes, no obstante, defienden que el envenenamientos habría sido producido por la exposición al ‘monóxido de carbono’.
No obstante, el Ministerio de Sanidad iraní habla “un producto de uso no militar porque está disponible en el mercado”. Por otro lado, el mismo ministro de Sanidad, Younes Panahi declaró ante los medios locales que “es evidente que algunas personas quieren que cierren las escuelas, en particular las de niñas”, tras darse a conocer a la luz pública la gravedad de los hechos.
La oposición apunta a grupos religiosos como responsables
Desde la oposición al Gobierno iraní aseguran que existen muchas contradicciones en la línea oficial del régimen y que, en realidad, la responsabilidad de quienes han llevado estos ataques a término sería la de grupos religiosos islamistas vinculados al régimen jameinista.
Estos grupos religiosos pretenderían que las niñas dejen de acudir a la escuela – tal y como está ocurriendo en algunas ciudades- una táctica similar a la que se ha llevado a cabo en Yemen desde el inicio del conflicto armado en el país.
Es decir, disuadir a las niñas de ir a los colegios para proceder posteriormente al cierre de los mismos.
No hay que olvidar que, aunque el régimen iraní repose en manos de los estamentos clericales, al frente de los cuales de encuentra el líder supremo, Alí Jameini, conocido por la exhibición pública de sus textos contra la presencia de las mujeres en la vida pública y del presidente del Gobierno, Ebrahim Raisi.
Cabe destacar que de momento, no se ha producido ninguna detención, ni se ha identificado a posibles sospechosos a pesar de que la investigación de la policía siga su curso.
¿Qué ‘veneno’ ha llevado a 700 niñas al hospital?
Hasta el momento el Gobierno se ha excusado en que la causa del problema radica en el sistema de calefacción, según la agencia de noticias local Shafaqma, como causa probable del envenenamiento de las menores. No obstante, los expertos difieren de esta opinión.
“Los casos de envenenamiento hubieran sido masivos, no sólo se hubiesen producido sólo en las escuelas femeninas, ya que el gas doméstico también se transporta a casas particulares o edificios. Además, debe de haber un tiempo de exposición frente al gas y eso se detecta por el olor”, explica José Castellanos, supervisor de producción en el área de medición multifásica.
Por otro lado, mientras el Ejecutivo asegura que las menores se habrían envenenado por haber sido expuestas al monóxido de carbono, existen teorías que contradicen este hecho.
“Dicen que el envenenamiento ha sido por monóxido de carbono pero los síntomas que presentan las afectadas son propios de un envenenamiento por dióxido de azufre (SO2)”, explica a Crónica Libre el experto.
“El SO2 tiene un olor acre y desagradable similar al del sulfuro de quemado y su capacidad de detectar su olor varía de persona a persona«, tal y como hace hincapié Castellanos.
De hecho, muchas de las niñas, explicaban a los medios locales haber detectado un olor similar al de las naranjas podridas antes de sufrir la paralización de sus extremidades.
En este contexto Castellanos explica que, «es importante tomar medidas de protección personal, como el uso de mascarillas o respiradores, si se trabaja en un ambiente donde hay emisiones de SO2 para limitar la exposición a este gas peligroso”.
“La única forma posible para que el gas haya entrado en las instalaciones es que los gaseoductos por los en que se transporta contengan ácido sulfúrico y ese ácido se encuentra en las estaciones de servicio centrales donde se realizan comprobaciones continuamente”, asegura Castellanos.
La sociedad contra el Gobierno islámico
Este ataque contra niñas en edad escolar viene a producirse en uno de los peores momentos a nivel económico y social para el régimen iraní, ya que desde la muerte de la estudiante Masha Amini, detenida por llevar mal puesto el velo y fallecida en una prisión estatal, el país se encuentra inmerso en una revolución.
La denominada ‘revolución del velo’, pide a gritos derrocar el sistema teocrático y recuperar las libertades que hasta el momento les han sido negadas, especialmente a los jóvenes. Entre ellas, la igualdad de oportunidades entre los sexos.
Y es que, en la actualidad en Irán el porcentaje de mujeres que cursan estudios universitarios, por ejemplo, es superior al de los hombres, más del 50 por ciento de las estudiantes son mujeres, no obstante, son éstas las que están sufriendo cada día ataques por condición y género.
Otro curioso y contradictorio dato es que la tasa de alfabetización en Irán es mayor entre las mujeres (85,5 por ciento) que la de los hombres (80,8 por ciento) según los últimos datos estadísticos recopilados en el año 2020.
Sin embargo, el mundo en Irán sigue dominado por los varones, y a pesar de que muchos de ellos se han unido a la lucha de mujeres fuertes e independientes que reivindican sus derechos, otros muchos pretenden acallarlas, con amenazas, privándoles de libertad, a golpe de sharía – ley islámica- o envenenándolas.