“No se ha observado sobre el terreno ninguna sustancia tóxica capaz de causar envenenamiento”. Mas de 13.000 niñas han sido envenenadas en escuelas en Irán pero tras meses de ‘investigaciones’ el gobierno ayatolá se lava las manos. Crónica Libre entrevista en exclusiva a un exdiplomático iraní, ahora disidente, que lo desmiente y lo compara a cuando los paramilitares echaban ácido en la cara de las mujeres que no llevaban el velo y el gobierno lo ignoró.
El líder supremo, Ali Jameini, acusa a los «enemigos extranjeros y los disidentes» de fomentar el miedo sobre las sospechas de envenenamiento de las estudiantes, a pesar de que se han confirmado casos en 28 de las 31 provincias del país. Las intoxicaciones, que comenzaron el pasado mes de noviembre surgieron en la provincia de Qom y tuvieron lugar en escuelas femeninas lo que produjo como resultado que los padres de las jóvenes desescolarizasen a sus hijas.
Sin embargo, a pesar de las evidencias sanitarias, el Gobierno mantiene que sospechaba de la “persecución de individuos, grupos y medios de comunicación que acusaran al Gobierno y se alinearan con enemigos” en el país. Es decir, señala directamente a políticos extranjeros y organismos internacionales de propagar falsas informaciones en medio de una ola de represión social.
«El Gobierno no asume lo que ha hecho a pesar de que todos sabemos que han sido ellos. Existen dos versiones, la del Ejecutivo y la que apoya el pueblo: ha sido un ataque de manera organizada. En este caso comparo los hechos con los ocurridos 5 ó 6 años atrás cuando los Bassij –una fuerza paramilitar subordinada a la Guardia Revolucionaria Islámica– comenzaron a echar ácido en los rostros de las mujeres que no llevaban el velo. Pero el Gobierno, lo ignoró”, afirma en exclusiva a Crónica Libre, Vahid Jabadi – nombre ficticio por seguridad- exdiplomático iraní y disidente.
Y es que, el pasado martes 11 de abril se intensificaron los ataques químicos contra las escuelas, afectando especialmente a 8 escuelas en Shahin-Shahr e Isfahan. También ha habido recientes ataques en escuelas de la capital, Teherán.
Pero, a pesar de las evidencias científicas, las autoridades han intentado encubrir la gravedad y magnitud.
«Jameini ha abierto una nueva página de vergüenza e hipocresía», Maryam Rajavi.
Bahram Einollahi, ministro de Salud iraní, afirmó en un primer momento que los casos se debían a envenenamientos derivados de componentes químicos, sin embargo, meses después se ha retractado de sus palabras afirmando que, no había “evidencia sólida” de que las niñas hubieran sido envenenadas y asegura que «más del 90% de los problemas de salud habían sido causados por estrés y travesuras», a pesar de las estadísticas oficiales indican que las menores han recibido atención médica por envenenamiento.
Por su parte, Maryam Rajavi, líder de la oposición iraní y presidenta del Consejo Nacional de Resistencia Iraní asegura ante los medios que, «Jamenei, en este mes de Ramadán, con la extensión de este crimen a diferentes ciudades, ha abierto una nueva página de vergüenza e hipocresía para impedir un levantamiento. Qué esfuerzo más inútil, porque las mujeres, las niñas y los jóvenes rebeldes han jurado derrocar este régimen inhumano, y así sucederá».
«El resultado de la Revolución ha sido el error de una generación«, Vahid Jabadi.
Según afirma Jabadi, «cada vez son más los iraníes que depositan su confianza en Reza Pahlaví, príncipe heredero de Irán», que se encuentra en el exilio, concretamente en Israel.
«El problema de Iran en estos momentos es que en el Gobierno, no hay una oposición firme aunque las nuevas generaciones ven elementos positivos en la monarquía, antes de la Revolución de 1979 y a Palavi como un posible líder. Consideran que el resultado de la Revolución ha sido el error de una generación«, explica a este periódico Jabadi.
La teocracia entre las cuerdas
El Gobierno ayalotá se enfrenta a uno de los momentos más convulsos de su historia. Con una inflación que supera el 50% y tras la detención por no llevar correctamente puesto el velo y el posterior asesinato de la activista y estudiante Masha Amini en una cárcel persa a causa de una paliza propinada supuestamente por los agentes de la moral, jóvenes, estudiantes y mujeres se han echado a las calles exigiendo derechos sociales y mayor libertad.
Es lo que se ha denomina como la ‘revolución del velo’ que cuenta con el suficiente apoyo social como para decidir el final del régimen teocrático.
Amnistía Internacional considera que, «los ataques al derecho a la salud y a la educación de millones de niñas están llegando cada vez más lejos. Son el ‘castigo’ a las escolares por haber participado pacíficamente en las protestas que estallaron en todo el país a mediados de septiembre de 2022″.
Extremistas religiosos
A pesar del informe emitido a los medios por parte del Gobierno persa, las agencias de noticias iraníes, como HRNA mantienen que los supuestos atentados contra las menores escolarizadas parten de los autoproclamados ‘guardianes del islam’, grupos de extremistas religiosos que consideran que las mujeres no han de tener acceso a la Educación.
También consideran que sus actuaciones deliberadas tienen el propósito de que las familias retiren a sus hijas de las escuelas y universidades.
A pesar de ello, en la actualidad, el porcentaje de mujeres matriculadas en las universidades persas supera al de los hombres. Más del 50% de las estudiantes universitarias son mujeres.
Menos de un 30% por ciento de mujeres con formación académica trabaja frente a la mayoría de hombres.
En la actualidad el Parlamento Europeo ha manifestado apoyar a los países a que pongan fin a sus acuerdos con el régimen ayatolá y reconocer, de una vez por todas, la lucha de la juventud.