/

Automóviles eléctricos y transporte público  

6 Min. lectura

Lo que más llama la atención de los autobuses eléctricos es el silencio de sus motores cuando se viaja en ellos. Los usuarios ya no tienen que alzar la voz para entenderse con el conductor, por lo menos en Alemania. El inconveniente es también que no se escucha su llegada cuando se van acercando al lugar donde nos encontramos. Los peatones debemos mirar atentamente para no ser atropellados. Ya no podemos orientarnos por el ruido de los motores diésel o gasolina. Y, claro, tampoco llevan tubos de escape por donde derivan los gases a la atmósfera. Se augura que la electrificación de los vehículos reducirá la contaminación acústica de las ciudades y gran parte de la contaminación ambiental. Pero todavía estamos lejos de lograr ese objetivo a nivel europeo.

El Pacto Verde de la UE se ha marcado como objetivo promocionar el transporte público y privado respetuoso con el medio ambiente a nivel europeo. Según los datos publicados por la UE se sabe que el sector del transporte representa el 5% del PIB de la UE y proporciona empleo a unos 10 millones de europeos. El impacto medioambiental de todos los servicios de transporte supone el 25% del total de los gases de efecto invernadero (GEI) que se derivan a la atmósfera. Con estos números como punto de partida, la UE ha iniciado un proyecto muy ambicioso que se marca reducir al 80% los GEI para 2050.

El reto pasa por sustituir los combustibles fósiles -petróleo, gas y carbón- por otros combustibles menos o nada contaminantes, lo que supone dar un giro radical a cómo se entendía la movilidad tan solo hace unas décadas. Este proyecto tiene varios ejes de actuación: promocionar el transporte público, promover la cultura de compartir vehículos, optar por el alquiler y promover la compra de vehículos eléctricos mediante incentivos fiscales, entre otros. La industria automovilística ya había empezado a hacer sus deberes invirtiendo en investigación para construir motores eléctricos hace unas décadas. Pero no solo en motores.

La empresa vasca Irizar dedicada a la construcción de carrocerías de autobuses también ha invertido en diseños innovadores que permiten reducir el consumo de carburante para así adecuarse a las normativas europeas vigentes. Además, fueron pioneros en la tecnología antivolcado para motores eléctricos. El recorrido entre el germen de una idea hasta un producto apto para ser comercializado a un precio asequible para la mayoría es una carrera de fondo. Pero, parece que vamos llegando a la meta porque la industria de la automoción va implementando poco a poco mejoras en la línea del Pacto Verde de la UE.

Los automóviles eléctricos

La producción de automóviles eléctricos marca récords cada año en Alemania, según el Instituto Estadístico o Statistisches Bundesamt en la nota de prensa número 30 del 19 de mayo de 2022. En el año 2021 se produjeron en Alemania 328.000 coches totalmente eléctricos lo que supone un incremento del 85,8% con respecto a las estadísticas de ventas de 2021. Esto significa que el número de automóviles producido con motores de combustión disminuye considerablemente a pesar de que todavía sigue siendo el tipo de automóvil mayoritario al haberse producido en Alemania 2,2 millones de coches de ese tipo en el mismo periodo. Ahora bien, la producción de este tipo de coches va en descenso al tiempo que sube la demanda de coches eléctricos. Uno de los factores que explica este cambio en el comportamiento de los compradores de coches eléctricos en Alemania es los incentivos fiscales que ofrece el Estado alemán a los compradores de estos automóviles desde hace algún tiempo. También Francia prevé ofrecer ventajas fiscales a aquellos que adquieran coches eléctricos muy pronto tal y como afirmó Macron en una reciente entrevista ofrecida con motivo del la Feria del automóvil del el 19 de octubre de 2022.

Pero este incremento en la venta de automóviles eléctricos no es un fenómeno doméstico en Alemania porque también la exportación de estos automóviles ha sufrido un incremento considerable. En el año 2021 se exportaron más de 300.000 coches con motor eléctrico, un incremento del 100% con respecto al año 2020 y casi tres veces más que en 2019. Pero, Alemania también importó automóviles eléctricos en el mismo periodo.

Francia, Italia, España, Eslovenia y China, entre otros, ya producen miles de automóviles eléctricos de la marca Renault y Stellantis. En concreto, España produce automóviles eléctricos de las marcas Opel, Peugeot, Citroen, Renault y Nissan. En el sector del transporte público, la empresa vasca Irizar produce autobuses con motores eléctricos, híbridos pero también de diésel y biogás que exporta a cuatro continentes. Recientemente, el presidente francés declaró recientemente en una entrevista en el Mondial de l’Auto 2022 recogida por bfmTV que Francia aspira a producir dos millones de vehículos eléctricos en 2030. Europa también importa automóviles eléctricos de China o Japón. La transición ecológica parece ir viento en popa.

Autobuses eléctricos para el transporte público

El proyecto europeo es ambicioso porque lo que se pretende es también reducir el parque de automóviles privados que pueblan las calles invitando a los consumidores a usar los transportes públicos y a compartir coches. De hecho, el parque de coches de alquiler aparcados en puntos de recogida en las ciudades va tomando forma. Con el teléfono móvil se puede pagar la carrera y acceder a un coche eléctrico aparcado en la calle para hacer un viaje, por ejemplo, cuando se viaje con bultos o maletas. Por tanto, se están poniendo en práctica vías para reducir el parque automovilístico y el consumo de electricidad total. Aunque extrañe mucho, el norte de Alemania no se electrificó hasta finales del siglo XX. Hoy día ya no circulan trenes con motores diésel entre Hamburgo y Flensburg, Kiel o Lübeck, pero todavía hay recorridos por electrificar. Fueron obras públicas que supusieron unas inversiones con inyecciones ingentes de dinero público. Actualmente, se está prescindiendo de electrificar determinados trayectos cortos nuevos precisamente para ahorrar costes de construcción y mantenimiento porque ya se dispone de trenes eléctricos con baterías que circulan en trayectos cortos. Para ello, se están construyendo estaciones de carga en algunos tramos de la red ferroviaria de Alemania tal y como informa LokReport.

En lo que se refiere al parque de autobuses eléctricos, Alemania ya disponía de 586 autobuses al 100% eléctricos en 2021 según Statista. Se ha pasado de 2 unidades en 2012 a 586 en 2021. Alemania apuesta por un transporte público eléctrico sin ningún tipo de duda. Los transportes públicos ya de por sí muy eficientes intensificarán su frecuencia en las horas punta entre las 6 y las 9 de la mañana y las 4 y las 7 de la tarde para garantizar la movilidad de las personas que acuden as sus puestos de trabajo y desean dejar el coche en casa o han optado por prescindir del coche. El ticket de 9 euros puesto en marcha en el verano de 2022 reveló que los ciudadanos sí optan por el transporte público si este es asequible y rápido. Por tanto, el billete con la modalidad de abono de 49 euros será realidad a partir del 1 de enero de 2023. Con esta medida se pretenden lograr dos objetivos, atraer a viajeros al transporte público porque reduce costes en su economía doméstica y reducir así la contaminación ambiental. Por 49 euros al mes, los viajeros podrán viajar en autobuses públicos y en la red regional de trenes. Para ponerlo como comparación, el abono para el transporte público de 3 zonas de la ciudad de Hamburgo cuesta hoy cerca de 90 euros al mes. Valga como dato que ya circulan 200 autobuses eléctricos en la ciudad de Hamburgo. Doce de ellos han sido producidos por la empresa Irizar ubicada en Euskadi. La compañía de transportes local HVV ya ha cursado un pedido de 530 autobuses eléctricos a la empresa Mercedes que serán entregados en 2025. Con ello, la empresa municipal de transporte público prevé sustituir sus 1100 autobuses de motor diésel por autobuses eléctricos en los próximos años.

El aumento incesante del parque de automóviles eléctricos incrementa la demanda de energía eléctrica. El petróleo se está agotando, la combustión de carbón es altamente contaminante y el gas, aunque menos contaminante, sigue siendo un combustible fósil y es solo una solución de transición. El Pacto Verde de Europa pasa por reducir drásticamente el consumo de energías fósiles. Ahora bien, desde que muchos países han decidido abandonar la energía nuclear por la peligrosidad del tratamiento de residuos y el riesgo al que está sujeto en el mantenimiento de las instalaciones obsoletas, se están investigando otras fuentes de energía para garantizar el abastecimiento eléctrico a industrias y a hogares. Por ejemplo, toda la energía eléctrica que se consume en Irizar proviene de una planta fotovoltaica ubicada en Álava, adhiriéndose la empresa así al Pacto Verde de la UE y a la política del kilómetro cero.

Europa está invirtiendo en investigación para lograr vías de producción, almacenamiento y trasporte de electricidad diversas y también en la investigación sobre el hidrógeno como combustible. De hecho, se lleva testando esta última opción desde hace años en algunas ciudades de Alemania.

Pilar Larrañaga

Periodista. Escribe sobre política europea y arte. Las decisiones que se toman en Bruselas y sus efectos sobre los ciudadanos europeos. El arte entendido como eje fundamental en la formación del ser humano.