La copaternidad o la desnaturalización de la maternidad como nuevo nicho de negocio

4 Min. lectura

Se trata de un nuevo modelo de familia que consiste en tener hijos sin la necesidad de que exista un vínculo afectivo entre la pareja. De hecho, éstas pueden ser entre adultos heterosexuales, o heterosexuales y homosexuales. También puede darse entre amigos, situación que se popularizó en la década de los ’70. Sin embargo, este proceso resulta aún más descarnado:  bienvenidos a la copaternidad.

¿Cómo funciona este concepto de familia? Los casos más generalizados son aquellos en los que interviene una agencia en la que, de una forma, quizá demasiado impersonal, se promueve la elección del prototipo perfecto con quién tener un hijo o una hija en común.

Según una base de datos generada por las personas inscritas en la agencia, la inteligencia artificial (IA) busca la pareja más compatible para abordar la crianza del futuro bebé en común en función de un breve cuestionario que da a conocer los gustos e intereses, orientación sexual, preferencias, ubicación etc. de los usuarios.  IA en estado puro. 

De alguna forma el negocio de estas agencias nos traslada al mundo utópico de la película ‘Her’ protagonizada por Joaquín Phoenix y dirigida por Spike Jonze aunque queriendo aportar cierto grado de ternura como también muestra la entrañable historia cinematográfica ‘Mucho más que amigos’, protagonizada por Jennifer Aniston y Paul Rudd y dirigida por Nicholas Hytner.  

El imperativo de la maternidad 

Por otro lado, cabe destacar que nos encontramos en un momento social en el que las mujeres, por cuestiones ajenas a ellas mismas, tienen hijos cada vez más tarde

La falta de implementación de políticas de conciliación en el ámbito laboral o la carga emocional que se deposita de lleno sobre sus hombros es responsable, en parte, de que muchas de ellas decidan posponer el momento de ser madres. 

No obstante, otras veces, cuando el instinto se rebela las opciones, entre las que se encuentra la de ser madre soltera, no convencen a muchas mujeres que quieren contar con un referente masculino en la vida del futuro bebé. 

Y es aquí, en este entramado psicológico en el que las agencias de copaternidad han encontrado su nicho de mercado.  En el momento en el que el reloj biológico no coincide con el reloj sociológico. 

Hemos topado de frente con la desnaturalización de la maternidad, que degenera en un negocio, una industria que fabrica bebés basándose en algoritmos de compatibilidad y teniendo como único referente el instante vital en el que se encuentra una mujer.  Atrás ha quedado el tratar a los demás como fines y no como medios. 

Mujer embarazada.

Adiós al amor

En la copaternidad no existe el amor romántico o un vínculo sexoafectivo. De hecho, los aspirantes a ser futuros candidatos en este tipo de procesos conectan entre sí a través de agencias, como hemos mencionado; páginas webs como coparentalys.com o copaternidad, incluso aplicaciones móviles como Lullamate, que algunos ya denominan despectivamente como el ‘Tinder para tener hijos’. 

En definitiva, se trata de usuarios que han deconstruido la idea de un amor romántico y huyen del prototipo de pareja convencional. Pero no hay que olvidar que sin el vínculo afectivo lo único que puede haber es cosificación

De hecho, durante el proceso, los clientes de estas agencias buscan a alguien con un estilo de vida similar al suyo que quieran también convertirse en padres o madres sin necesidad de que exista un vínculo amoroso entre ambos. Prototipos. 

Mediante la plataforma seleccionada se produce un primer encuentro entre ambas partes que, en el caso de querer seguir adelante con el proyecto, intercambiarán números de teléfono. 

Durante al menos un año, la ‘pareja’ se verá al menos una hora a la semana para dirimir dudas sobre la crianza del bebé, sus ambientes sociales o su proyección de vida.  La agencia, que interviene en todo el trámite también propone planes en común. Cuando ambos estén preparados se procederá a la reproducción asistida. El siguiente nivel de la fábrica de hacer bebés. 

Algunas cuestiones legales

Por el camino, no obstante, ambos protegonitores se reunirán con la agencia para resolver las cuestiones legales previas a la gestación como por ejemplo, que ambos, padre y madre serán reconocidos en el Registro Civil; el modelo de custodia que adoptarán y cómo serán las fases (por edad del bebé) hasta que se haga efectiva ese tipo de custodia. 

También se decidirá antes del embarazo cómo de presente estará la figura paterna durante el mismo. En cualquier caso ambos tendrán la baja por maternidad y paternidad asegurada. 

Por otro lado, cabe destacar que los dos progenitores deberán firmar un convenio regulador de custodia – la que se decida- ante un juez. En definitiva se trata de una custodia compartida  o no en la que no ha habido un divorcio previo. De hecho, ese será el punto de partida. La deconstrucción. La ruptura de todo vínculo afectivo. 

El proceso de gestación

Las agencias ofrecen diferentes alternativas, algo impersonales pero todas válidas. Desde el kit de inseminación casero, especialmente indicado para aquellas mujeres de menos de 35 años y cuya fertilidad se encuentra en buen estado hasta la reproducción asistida que se realizará en una clínica que mantenga un convenio con la agencia. 

Es importante destacar que las agencias de copaternidad defienden que los futuros progenitores no hayan sido madres o padres previamente al inicio del proceso que llegará a término en el momento de dar a luz a un nuevo ser humano. 

La comercialización de la vida humana

En esta situación cabe preguntarse hasta qué punto el tener hijos o no se ha convertido en un derecho. El vínculo que une al padre y a la madre del bebé es tan sólo contractual, mercantil. Es el producto de una asociación. El bebé es el negocio, es la empresa.

Una empresa de la que se lucran, agencias, webs, aplicaciones, clínicas de reproducción asistida o abogados que se confluyen en un nicho de mercado nada barato. 

Pero qué ocurriera sí el punto de partida que, es la desnaturalización de la parentalidad, se topase con conflictos externos. No existe una ley que regule el comportamiento de los copadres y comadres. 

De hecho, el proceso resulta bastante similar al de la contratación de un vientre de alquiler en el que, para la comadre, el copadre es el inseminador y la comadre es el vientre en el que crecerá un bebé fruto de la innovación y los avances científicos y comerciales. 

Beatriz Yubero Parro

Periodista. Ha trabajado como corresponsal en varios países de Oriente Medio y Europa. También junta letras en economía y otros sectores especializados. Puedes localizarla en @b_yubero.