Sorpresa e indignación. Así han recibido los afectados por silicosis y sus familias la noticia del acuerdo que han firmado la Asociación de Perjudicados por la Silicosis de Andalucía (Apsa) y Cosentino, fabricante de uno de los conglomerado de cuarzo que les enfermó. Un acuerdo precipitado y que se ha llevado “en secreto y sin contar con nadie”. Además, “no refleja el verdadero sentir ni las necesidades de un colectivo que lleva casi dos décadas de lucha”, han asegurado la Asociación Nacional de Afectados y Enfermos de Silicosis (ANAES).
Hace solo unas semanas desde APSA se criticaba el papel de la multinacional que acababa de ser condenada en un juzgado de Vigo. En un acuerdo firmado por Cosentino antes a las puertas del juzgado, el fabricante asumía su responsabilidad en la enfermedad laboral de cinco trabajadores de una marmolería gallega.
Una condena de cárcel y el pago de 1,1 millones de euros en indemnizaciones para el fabricante del conglomerado de cuarzo, material que provocó la grave enfermed de trabajadores, como informó Crónica Libre.
“Este es el principio del fin de Cosentino tal y como lo conocíamos”, auguró en ese momento Paco Torrico, presidente de APSA, a Crónica Libre. Así mostraba su satisfacción el sindicalista al conocer la sentencia que calificó de “histórica”.
Tres semanas después, la misma asociación distribuye, por sorpresa para todos, un acuerdo con la multinacional almeriense. La reacción de los afectados por silicosis en el sector del mármol, que contrajeron la enfermedad por trabajar con aglomerados de cuarzo, como el Silestone, no se ha hecho esperar.
«No nos representa»
Los grupos de WhatsApp recogían a última hora de la tarde el estupor de todos ellos. Algunos con su silencio; otros escribían abiertamente su estupor y sensación de traición. Así lo cuenta Mari Carmen Macías, coordinadora de ANAES.
Esta integradora social, uno de los motores de la asociación, que ha vivido desde su propia experiencia –su marido tiene esta enfermedad pulmonar, incapacitante, crónica y potencialmente mortal– el alcance de este mal. “En ANAES hay 130 asociados, somos la mayor asociación en Andalucia, ninguno de nosotros ha tenido nada que ver en esta firma”, asegura tajante y dolida Macías desde Chiclana (Cádiz).
Esta asociación es de las primeras de afectados que se creó, mucho antes de que se formara APSA, que se ha sentado “unilateralmente” a firmar con la multinacional de Cantoria (Almería). “Nos constituímos en 2012, aunque ya llevábamos trabajando desde 2009, (fecha en la que se reconocieron médicamente los primeros casos de silicosis fuera de las minas y se vio que el factor en común era la manipulación de un nuevo material). Nosotros mismos apoyamos la creación de APSA, con la que hemos trabajado mano a mano”, declara Macías.
Apoyo psicológico y culpabilizar a otros
El documento distribuido desde APSA está firmado por su presidente, Paco Torrico, y por Santiago Alfonso, responsable de Comunicación y Reputación de Cosentino. Se anuncia que se fijan las bases para crear una plataforma permanente que siente a todos los participantes “de la industria y Administraciónes Públicas, en la búsqueda de una solución integral”.
Cuando se pasa a enumerar las actuaciones, se hace hincapié en el “apoyo psicológico a afectados por silicosis y sus familiares”. Se anuncia un “estudio longitudinal para determinar la correlación entre silicosis y salud mental de las personas afectadas”.
“No ha contado con nadie. Después de su reunión [del presidente de APSA] con el presidente de la Junta de Andalucía, Juanma Moreno, el 2 de febrero, ha cambiado mucho las cosas. A esa reunión, a pesar de la petición de nuestro presidente, Ismael Aragón, de que queríamos participar, no se nos convocó”, recuerda Mari Carmen Macías.
Total desacuerdo
“Ahora nos hemos enterado por la prensa de este acuerdo que se ha firmado sin contar con nadie. No ha ido con la verdad por delante, se nos ha ocultado y solo nos hemos enterado cuando ya está firmado”, mantienen desde Chiclana afectados por silicosis.
“Queremos plasmar que ANAES no ha participado en esto, no nos ha representado. Ha ido por libre. Le preguntamos si se había reunido con sus socios y yo creo que ni los miembros de APSA saben qué se ha firmado”.
Mari Carmen Macías cuenta como uno de los fundadores de APSA, extrabajador de Cosentino y afectado de silicosis, se ha mostrado también sorprendido por este documento que se hizo público ayer. “Me escribió ayer por la noche y me pidió perdón. Él mismo no sabía de esta negociación”, asegura la integradora social de ANAES.
El tiempo dará la razón
El presidente de APSA, Paco Torrico, reconoce que ha habido enfado por parte, sobre todo de ANAES, pero defiende ante Crónica Libre, el acuerdo alcanzado y justifica su actuación. «Cuando salió la sentencia de Vigo, yo les metí mucha caña. Creo que por eso se han sentado conmigo. Primero me mandaron un wasap, luego aproveché un viaje a Almería para sentarme y tomar un café», cuenta Torrico.
Asegura que lo que significa este acuerdo con el fabricante, se irá viendo en las próximas semanas. «Vamos a crear una mesa de trabajo en el que estemos todos, sindicatos, neumólogos, asociaciones, Junta de Andalucía… para mantener una comunicación permanente, en la que se recojan propuestas…»
Asegura Torrico que la investigación tendrá una parte muy importante y que en próximos días la Junta anunciará medidas sorprendentes. Entre lo que han puesto sobre la mesa, destaca la formación de los afectados que permita su recolocación… «Yo me debo a mis asociados, a conseguirles mejoras en su vida. Esto es un principio, luego cuando la Junta nos llame sentarnos, a ver quién no se presenta. Desde luego, APSA estará allí».
Las necesidades reales son otras
Torrico reconoce que ayer por la noche hubo enfados y confía en que en las próximas fechas todo se aclare. Algunos malentendidos, afirma, han venido provocados por un artículo que contenía inexactitudes.
«Creo que se han dado cifras que no tienen que ver con la realidad y se ha hablado de ASAP como plataforma, cosa que no es. Eso ha podido hacer que ANAES se sienta excluída y ha motivado su enfado», mantiene Torrico.
Esta asociación gaditana ha subrayado en conversación con Crónica Libre, una y otra vez, su “total desacuerdo” con este documento que solo entienden como motivado “por un interés propio”. “En ningún caso, refleja los intereses y las necesidades reales de los afectados. Centra su alcance en el apoyo psicológico que no es el principal de los problemas.
También habla de la desjudicialización de los casos y considera a ‘los marmolistas como principales responsables de la seguridad en los centros de trabajo’. ¡Es impresionante!”, manifiestan desde ANAES.
A costa de dolor y vidas perdidas
Para ellos, lo más importante es centrar los esfuerzos en la investigación y cuidado de la salud de los enfermos, que sufren graves secuelas, incapacitantes (con falta de oxígeno, fatiga, abocados en muchos casos a trasplantes pulmonares de incierto resultado).
“Lo que necesitamos no pasa en primer lugar por el apoyo psicológico, no refleja para nada nuestras necesidades ni nuestra realidad”, recalcan desde ANAES. “Lo que sabemos es lo que se ha publicado, pero no lo que habrán pactado o cuánto ha costado este acuerdo”, critican.
Por su parte, Paco Torrico mantiene que su postura y la absoluta pulcritud de un acuerdo que va a traer beneficios para todos. «Es un principio, lo fundamental será la creación de esa mesa de trabajo que traerá cambios normativos, investigación, se contará con los neumólogos que de verdad saben qué es lo que está pasando…».
A falta de esa aclaración directa entre afectados, que desde APSA asegura que llegará y que el tiempo revelará el alcance, la confusión reina entre los afectados. “Estoy en shock, aún”, comenta un de ellos. Después de dieciséis horas de la recepción del documento hay quienes no se atreven a valorar el paso dado por APSA, o una parte de su directiva.
“Ni siquiera creo que los asociados de APSA [que son alrededor de medio centenar] sepan de esta negociación que solo responde, en mi opinión, a un afán de protagonismo de una de las personas firmantes y que no está afectado por silicosis”, señala un portavoz de los afectados.
En ANAES han recibido llamadas durante toda la jornada desde toda la geografía española, de empresarios, de enfermos que no saben cómo tomarse esto. “No tiene sentido que se aborde así, con esta ligereza lo que es un problema de salud pública. Habrá que saber qué precio han puesto a tanto dolor y a tantas vidas perdidas”, manifiesta Mari Carmen Macías.
Dos décadas de retraso
La reacción de Cosentino, en cualquier caso, llega tarde. Desde principio de los años 2000 ya se sabía de peligros que entrañaban productos como los que se comercializan bajo nombres como Silestone, Quarella…. Y ya en 2009 había evidencias médicas de sus consecuencias en pacientes con nombre y apellidos. “Todo el dinero que ahora quieran invertir o lo que han gastado en publicidad debería haber ido destinado a prevención e investigación para los afectados”.
La empresa de Cantoria, en respuesta a las preguntas de Crónica Libre, se remite a informaciones de otros medios donde se señala que hay otros fabricantes con más demandas que Cosentino. El recorte remitido a esta redacción, informa de que hay empresas que fabrican materiales equiparables a Silestone, como Compac, Levantina o la compañia israelí Caesarstone, que cotiza en bolsa, y que «también» afrontan una oleada de demandas.
En relación a la sentencia de Vigo, Cosentino ahora sí responde. Asegura que «nunca ha ocultado, ni bajo ningún concepto ha admitido hacerlo, información sobre riesgos asociados a sus superficies que pudieran poner en peligro la salud de cualquier trabajador».
Puntualiza que la sentencia del 30 de enero, «se refiere únicamente a la responsabilidad por información técnica insuficiente que afecta únicamente a los 5 operarios de una marmolería concreta. Esta resolución no tiene carácter general y, por tanto, no es extrapolable a otros procedimientos pasados o futuros». «Y no afecta a la gestión de la compañía», añade.
Cambio de actitud
En el acuerdo firmado el 21 de febrero en Granada, Cosentino «asume su compromiso con los afectados por la silicosis del sector» Deja constancia de que «nuestra máxima preocupución son las personas. Tenemos la firme intención de estar al lado de los afectados y buscar, junto con el resto de los agentes de la insutria y Administraciones Públicas, una solución definitiva a este problema». Algo que, desde luego, no ha sido la tónica seguida por el grupo hasta ahora.
En opinión de la asociación gaditana Anaes, esto tampoco se ha producido en el acuerdo de Granada. «Han faltado muchas personas en ese acuerdo. Tendrían que haber estado empresarios, gobierno, afectados, sindicatos… no solo una persona que actúe por interés propio”. En sus declaraciones se aprecia más resentimiento hacia el representante de APSA que hacia el fabricante.
Por su parte, el presidente de APSA señala que, precisamente, a eso es a lo que se han comprometido, a sentar a todos para debatir, reclamar y pedir. «A mí me han dicho los de Cosentino qué es lo que quería, que lo pidiera. Les he puesto sobre la mesa un antiguo proyecto que presentamos ante la Dirección General de Salud de la Junta para hacer un seguimiento y apoyo desde el punto de vista psicológico. Lo han aceptado. Pero eso es un principio», argumenta Torrico.
Limpiar su imagen
En opinión de este sindicalista, el cambio de actitud de la multinacional almeriense se debe a que quieren limpiar su imagen. «Sencillamente lo que quieren es lavar la cara. Tienen un problema gordo porque querían salir a bolsa y lo han tenido que parar por la sentencia y todo lo que se ha publicado. Quieren lavarla con dinero».
El presidente de APSA tras mantener la primera reunión con representantes de Cosentino ha señalado que detectó en ellos «un gran miedo». Me han venido a decir que van a hacer lo necesario», explica. En el encuentro estaba presente Santiago Alfonso Rodríguez, diector de Comunicación, con quien Crónica Libre ha tratado de hablar con él en varias ocasiones sin obtener respuesta.
La multinacional, que preparaba su salida a bolsa inminente, no hace más de lo que se esperaba de él, una operación de “maquillaje” que no va a la raíz del problema y que tira balones fuera de su responsabilidad. Como creador y distribuidor de un producto, no incluía advertencias sobre las medidas adicionales de seguridad que requería su manipulación y señala a los marmolistas por no poner las medidas de seguridad necesarias.
Lo que pretende, tras la sentencia que le condenaba de finales de enero, es llegar a un acuerdo y, como plasma el escrito divulgado ayer, “desjudicializar” los procesos. “Ya actuaba pagando a afectados a cambio de silencio, ahora, vuelve a querer evitar males mayores a cambio de acuerdos millonarios antes del juicio”, advierten desde APSA.
Tras la sentencia de Vigo, se informó, que Cosentino –empresa famiiar cuyos propietarios, Eduardo y Francisco Martínez Cosentino, la revista Forbes señala entre los más ricos de España– había provisionado ocho millones más de euros para hacer frente a las previsibles demandas por siliciosis ya avanzadas.