¿Se imagina que muere un familiar y tiene que enterrarlo en otra ciudad porque en la suya no hay un espacio para hacerlo? Pues esto es a lo que se enfrentan los 300.000 musulmanes de Madrid. Desde finales de 2022 tienen que vivir este drama, que niega un derecho básico de ciudadanía.
En función de los deseos expresados en vida del fallecido la familia opta por un entierro en alguno de los 35 cementerios habilitados para la inhumación de población musulmana, en los que estén dispuestos a aceptar personas no empadronadas, pero siempre fuera de Madrid. ¿Y qué se hace desde el consistorio madrileño? Nada. Crónica Libre entrevista a la concejala de Más Madrid, Mayson Douas, que es a la única representante institucional a la que parece importarle el problema.
CL: ¿Ha habido algún avance desde que estás en tu lucha por conseguir un lugar de enterramiento digno para la comunidad musulmana?
Hemos conseguido que la información, los derechos y el servicio público pase de estar en conocimiento de unos pocos, y pase a estar a disposición de todo quién desee estar al tanto. Además, se ha conseguido movilizar a más de 90 mezquitas en Madrid y otras tantas en otras Comunidades Autónomas donde este derecho sigue sin poderse disfrutar por la ciudadanía musulmana. Es importante contar con el apoyo de las mezquitas, no porque sea un tema religioso, si no por ser el espacio donde se reúne la población musulmana y donde se debaten sus preocupaciones, en este caso un derecho civil. También hemos hecho llegar la voz de miles de musulmanes a las instituciones como el Ayuntamiento de Madrid, el Ayuntamiento de Griñón, el Ayuntamiento de Parla y el Ministerio de Presidencia y Memoria Democrática, que es quien vela por el cumplimiento de la Constitución y las Leyes para con las minorías religiosas.
CL: ¿Cuál es la tasa de mortalidad de la comunidad musulmana?
Nos resultó curioso que a día de hoy no haya estudios específicos, o coordinación con el Registro Civil u otros organismos públicos para tener una cifra acorde, por eso estamos considerando la misma que para el resto de la población. A diferencia de la norma, para la población musulmana los fetos se dignifican con un entierro, en lugar de considerarse material biológico a cremar. Eso hace que suba unos puntos la tasa de mortalidad respecto al resto de la población. Basándonos en la tasa de defunción de la comunidad y en los datos de población musulmana, hemos dimensionado que para el nuevo cementerio se necesitaría adecuar 1500 sepulturas para los primeros dos años. Son números aproximados, al no contar con datos específicos.
CL: ¿Cómo es la forma adecuada de enterramiento para una persona musulmana?
Tras las autorizaciones de los organismos que certifican el fallecimiento, se procede a lavar el cuerpo, por una o dos personas del mismo género que el fallecido, se amortaja con tres telares en caso de los hombres y cinco en caso de las mujeres, se reza por él o la fallecida tras una de las cinco oraciones diarias, y se procede a la inhumación, preferiblemente con el cuerpo amortajado en contacto con la tierra. Tiene que mirar hacia la Meca, por lo que el cuerpo se coloca de lado, ocupando menos espacio.
CL: ¿Qué es lo que venía haciendo en cuanto a enterramientos la comunidad musulmana en Madrid en los últimos años?
A pesar de que el cementerio de Griñón era un espacio conflictivo por su pasado militar, y ser una concesión de Franco a la guardia mora, las familias que queríamos tener a nuestros seres queridos cerca los enterrábamos en Griñón, por falta de alternativas en la comunidad. Sin embargo, muchas personas de origen marroquí preferían ser repatriados a estar en ese cementerio. Con el Covid-19, el espacio dimensionado en 2014 para 10 años de servicio se llenó, y finalmente en octubre de 2022 declaró la colmatación del espacio, es decir, que no había espacio para más sepulturas. Hubo familias que viendo la situación, solicitaron sepulturas para tres o cuatro cuerpos, y a día de hoy cuando algún miembro de la familia fallece, pueden hacer uso de ese espacio. En el caso de los fetos, se habilitaron espacios para 36 cuerpos, y siguen recibiendo fallecidos. Raramente se produce alguna exhumación, habilitando un espacio para un nuevo fallecido. Desde finales de 2022, los familiares de fallecidos tienen que buscar alternativas en Burgos, Valencia, Córdoba u otros cementerios que quieran recibir a esos fallecidos para su inhumación, en un espacio que originalmente estaba dimensionado para la población musulmana empadronada en la provincia.
CL: ¿Cómo es posible que se haya llegado a la situación actual?
Parte de la culpa tiene que ver con la falta de información sobre la colmatación y de la falta de espacios. En febrero de 2023 no todas las mezquitas de Madrid conocían la situación, y quién la conocía daba por hecho que se estaba trabajando en resolverla. Lo cierto es que el propio gerente de la Empresa Municipal de Servicios Funerarios niega que haya avance alguno con la adecuación de la parcela del Cementerio de Carabanchel, reservada en 2006 y confirmada en 2016. También sucede que cuando se informa de la situación, en los últimos días, no se completa la información sobre cómo reclamar este servicio público, o a quién pedir amparo para algo tan delicado, dejando a la población musulmana en una situación crítica de vulnerabilidad legal.
CL: ¿Qué intentó el Gobierno de Manuela Carmena?
Si bien es cierto que el Gobierno de Manuela Carmena intentó avanzar con la adecuación de la parcela, lo hacían sobre unas negociaciones previas que sucedieron en 2006 entre el Alcalde Alberto Ruiz Gallardón y el Director del Centro Cultural Islámico de Madrid, perteneciente a la Liga del Mundo Musulmán. Ya en ese momento se avanzó en la naturaleza del servicio y la implicación de ambas partes, Ayuntamiento y una de las muchas comunidades islámicas. No sólo no se avanzó, si no que el propio Ayuntamiento, aún conociendo la gravedad y desamparo de sus vecinos y vecinas musulmanas, ha estado de brazos cruzados, incluso en el trágico momento de la pandemia.
CL: ¿Qué propuso el PSOE en 2022?
Lo simbólico de la proposición llevada por el PSOE es que realmente pudimos aprobar que el servicio se diera íntegramente por la Empresa Municipal de Servicios Funerarios, que es la gestora de los Cementerios Públicos, en lugar de ser un servicio público gestionado por una de las mezquitas, o la comunidad musulmana. De esta forma insistimos en las diferentes normas que exigen la no discriminación de los Ayuntamientos a su población plural y diversa a la hora de prestar este servicio básico y elemental. El espíritu de la proposición era acabar con la discriminación, la vulneración de derechos y el desamparo de los vecinos y vecinas msusulmanas de Madrid, tras cerca de 45 años de retraso en la aplicación de este derecho civil.
CL: ¿Cuántos cementerios para musulmanes hay en España? ¿Son suficientes?
Hablamos de 35 cementerios, en 35 municipios de los más de 8.300 municipios que hay en España. Este problema no es sólo un problema madrileño, también es un problema nacional, hay comunidades autónomas con población musulmana que sufren de la misma falta de espacios. Esos 35 cementerios se dimensionaron para la población empadronada en esa provincia, es una cuestión de respeto no colmatar otros cementerios, y agobiar a poblaciones que sí han hecho sus deberes. Tras 45 años de ilegalidad hacia la población musulmana de Madrid, es nuestra responsabilidad resolver cuanto antes la situación, en lugar de parchear o pasarle el problema a otros municipios.
CL: ¿Qué está haciendo al respecto el Ayuntamiento de Madrid? ¿Y la Comisión Islámica Española?
El Ayuntamiento de Madrid niega que este problema preocupe a la población musulmana y hace oídos sordos a las diferentes leyes que le obliga a dar este servicio a toda la población, sin importar, entre otras cosas, la confesión, está cometiendo una ilegalidad de libro. Alega que no le han llegado peticiones para realizar el servicio, cuando sabemos que es falso, sabemos de personas que han llamado por un fallecimiento solicitando el servicio y se le ha contestado que la aprobación en pleno no implica que se haya habilitado el servicio. Además de que las campañas de marketing y de publicidad del servicio no engloba a la población musulmana. El sector funerario es un nicho de negocio muy complicado y creemos que perder 9 millones de euros anuales, que es en lo que estiman el servicio a los 1500 fallecidos anuales, podría estar salvando las cuentas a la empresa pública. No entendemos porque tanta discriminación y tan mala gestión para el patrimonio público. La Comisión Islámica hizo lo más complicado: colaborar con las instituciones para aclarar el protocolo de atención a la población musulmana, aclarando las cuestiones de culto en base a nuestra confesión. Hemos pasado a la fase de derecho civil, donde los actores son otros, con los que deberían colaborar y facilitar el cumplimiento de la norma.
CL: ¿Qué es lo que reclamáis?
Iniciar la adecuación de los espacios de inhumaciones, sepulturas, en el Cementerio Público de Carabanchel y que hagan público tanto el servicio, como la fecha aproximada de la primera inhumación, de forma y modo que la población musulmana, los vecinos y vecinas, puedan iniciar los trámites de reserva de espacios y arreglos con sus compañías de seguros y fondos solidarios para que tengan esta nueva circunstancia en mente.
CL: ¿Es esta dejadez un reflejo de la falta de interés de las instituciones en la comunidad musulmana?
Ciertamente, la presión y el estigma sobre la población musulmana no ha hecho mucho bien y seguimos viviendo una especie de síndrome del impostor en cuanto a ciudadanía. Estamos empezando a salir del hoyo y la movilización por esta causa lo está demostrando. En cuanto a las instituciones, efectivamente, somos invisibles en todas nuestras necesidades, pero también en la cancelación de nuestras aportaciones a la sociedad, a la convivencia y al progreso. Creo que es posible armonizar ciudadanía y creencia, dentro de las libertades que nos ofrece la constitución, y la solidaridad que nos demuestra la sociedad en su conjunto en la lucha por los derechos civiles.