Pablo Salum, afirma que tanto él, como su familia fueron captados en 1986. Él escapó, pero su madre y sus hermanos permanecen en ella. Gracias a Salum y su proyecto de Ley Antisectas, centrado en la trata de personas se ha conseguido reabrir la causa, enterrada durante 30 años. El tenor español Plácido Domingo está salpicado por el escándalo.
Por Eliana Paniagua y Patricia Espinar
La justicia argentina investiga el funcionamiento la secta ‘Escuela de Yoga de Buenos Aires’ desde 2004 hasta el 2022. Y el caso se ha reabierto gracias a la valentía de Pablo Salum, quien los últimos días, ha comenzado a recibir amenazas vía Whatsapp. La presión es tal, que han llegado a hackear su cuenta de Anses, la Administración Nacional de Seguridad Social, por lo que han obtenido datos sensibles sobre su identidad y la de su familia. «Por este motivo no he querido hacer entrevistas, aunque he querido hacer una excepción con Crónica Libre para poder aclarar algunas de las cosas que se han publicado en España».
Pablo se refiere a las noticias sobre la relación entre Plácido Domingo y la Escuela de Yoga, que avanzamos en Crónica Libre. » Quiero que quede claro que en la Escuela de Yoga explotaban sexualmente a las víctimas. He querido puntualizarlo, al leer noticias en España en las que se dice que “contrató a una prostituta”, esto va más allá, las chicas de la Escuela de Yoga no son prostitutas son víctimas que son explotadas sexualmente. Entre esa gente está mi mamá y mi hermana. A la gente de poder no le sacan dinero, le sacan mucho más, los captan, los seducen, los coaccionan psicológicamente para llegar a gente que está más arriba. La justicia tiene que investigar y citarlo».
Durante más de 30 años , Salum lleva luchando por destapar los delitos y artimañas del grupo coercitivo. “Mi familia fue una de las primeras en ser captadas, allá por el año 86, por una secta llamada ‘Escuela de Yoga de Buenos Aires’. Su líder se llama Juan Percowicz y aseguraba ser un ángel con la misión de salvar la tierra creando otros 1000 ángeles”. Pablo asegura que es una secta porque es una organización donde se «capta, manipula y aleja de su entorno a quien esté pasando por una situación vulnerable. Las víctimas no saben que son captadas, tampoco que van a ser explotados sexualmente. Están sometidas en forma psíquica y física».
La ‘Escuela de Yoga de Buenos Aires’, funciona en un edificio entero ubicado en Estado de Israel 4457 de la ciudad de Buenos Aires. Hay más sedes en New York, Las Vegas y Chicago. Además, cuentan con la empresa B.A. Group, que tiene un lugar en el edificio central y otro a 20 kilómetros de distancia, en Bulnes 1455. Ofrecen cursos filosóficos sobre “Felicidad Personal y liderazgo”. La otra parte de esta organización es la Clínica Médica Integral (CMI) en Guardia Vieja 4078, Abasto. Según la justicia, allí “doman” a los miembros más rebeldes sedándolos para hacer una supuesta “cura de sueño”.
Jerarquía, sexo y dinero
Para ocupar un lugar importante en la secta hay dos caminos: dinero o sexo para atraer dinero. El nivel 7 es el más alto, donde está el líder: el contador Juan Percowicz (84) llamado “el maestro” o “el ángel” y a quien deben llamar “papi”. En esa jerarquía hay alrededor de 30 personas. Los demás niveles son denominados “Apóstoles”, “Genios”, “Alumnos” y los tres primeros “Humanos comunes”. Pablo y su familia estaban en lo más alto de la secta. “Había una escala jerárquica dentro de la secta . Cada número tenía una valoración y era muy difícil de lograr. Rápidamente mi madre se convirtió en una de las personas de la jerarquía máxima de la organización, luego de ser captada al enfrentar una enfermedad en un momento de vulnerabilidad extrema. Mis hermanos y yo, con 10 años, seguíamos sus pasos”.
“Era normal ver como gente poderosa ingresaba de la mano de chicas o chicos que eran obligados a entregar su cuerpo a cambio de favores. Personalmente vi famosos, jueces, políticos, ministros…»
Pablo Salum
Los niños entre 10 y 12 años eran obligados a practicar sexo
En los años 90, los miembros de la secta debían cumplir con las tareas asignadas por Percowicz. Así lo recuerda Salum: «A medida que ibas subiendo en la tabla jerárquica eras obligado a soportar castigos físicos, mentales y sexuales…. Los niños veíamos todo. Era habitual ver como el líder ordenaba a adolescentes o adultos tener sexo en el medio de una reunión ‘filosófica’, porque supuestamente nuestra moral, no era más que otra barrera impuesta por el mundo terrenal que teníamos que combatir”.
Salum asevera que era común la presencia de conocidos personajes argentinos, “era normal ver como gente poderosa ingresaba de la mano de chicas o chicos que eran obligados a entregar su cuerpo a cambio de favores. Personalmente vi famosos, jueces, políticos, ministros, sindicalistas y más”. ¿Por qué Salum vio tantas cosas? “El ser una jerarquía y vivir con una jerarquía aun mayor, como lo era mi madre, me daba la oportunidad de ver lo que otros no veían: sobres con dinero, fotos y videos de ‘tareas’ sexuales y escuchar reuniones donde el líder decía a qué poderoso captar”.
La vivencia que cuenta es escalofriante: “los niños entre 10 y 12 años eran obligados a tener su primera experiencia sexual dentro de la secta con mujeres y hombres adultos, algunos de ellos fueron obligados a acostarse con sus propios padres. Fueron años de terror para mí, llorar muchísimo y el tener que soportar solo ver cosas horribles, humillaciones, soportar torturas y ver como mi familia también pasaba por lo mismo. Éramos esclavos que vivíamos para el líder y su organización”.
Explotación sexual y orgías
Pablo ha querido compartir su historia a través de su twitter y su canal de Youtube, para que nadie olvide lo que allí vivió. Salum relata los horrores que presenció con tan solo 12 años “vi cómo mi madre y hermana eran explotadas sexualmente y obligadas a participar de orgías en el (hotel) Sheraton con poderosos, toleré vivir en un infierno del cual no podía escapar por ser menor de edad y porque mi tutor era líder de la secta”.
La primera denuncia de Pablo fue enterrada
Pablo aprovechó un momento de distracción y escapó pidiendo ayuda a su padre biológico: “hicimos la denuncia, los médicos constataron todos los golpes y en ese instante me convertí en el enemigo de mi propia familia (la secta). Ésta denuncia no avanzó: “sospechosamente fue ‘cajoneada’«. Sin embargo un año después, se puso el foco en la Escuela de Yoga. «Incautaron material pornográfico con gente muy importante. Todos los programas de TV hablaban de la secta pedófila de donde me había escapado y perdido a mi familia… De pronto mi madre salía en la tapa de diarios y revistas”.
En 1993, el entonces juez Mariano Bergés, fue contra la organización. Percowicz estuvo detenido e imputado por “estafa, corrupción de menores, de mayores y promoción de la prostitución”. Pronto salieron políticos y activistas de Derechos Humanos a defenderla incluso el premio nobel de la Paz, Adolfo Pérez Esquivel llegó a presentarse en la comisaría exigiendo que liberen al «maestro».
Los tentáculos de la Escuela de Yoga traspasaban las fronteras. “En Estados Unidos tenían contactos poderosos y lograron que el congreso Norteamericano enviasen a varios congresistas a presionar para que cerraran la causa, incluso su presidente, Bill Clinton, le envió un memorandum a al ex presidente Carlos Menem”. En 1995 la justicia cerró la causa. “Finalmente los organismos de Derechos Humanos lograron lo que querían, la causa contra la secta pedófila fue cerrada y archivada, ni un solo preso«.
Denuncia basada en la trata de personas y explotación sexual
Casi 30 años después, la historia se repite con los mismos nombres por una nueva denuncia radicada por Salum el 18 de junio de 2021 para que se investiguen los delitos de “trata de personas y la explotación sexual”. En esta ocasión la denuncia de Pablo Salum comienza a dar sus frutos. ¿Qué ha cambiado? Esta vez, Pablo la ha basado en los delitos de trata y explotación sexual «eso me ha abierto una vía para poder acabar con la organización coercitiva. Pero es necesario una ley antisectas. Yo llevo trabajando en ello mucho tiempo».
Además de Percowicz, han sido detenidos integrates de jerarquías intermedias. «La operación sigue abierta y no se descartan más detenciones de jerarquías superiores, queda mucho por investigar» asevera Salum. En una próxima entrega Crónica Libre le dedicará especial atención a las mujeres integrantes de la Escuela de Yoga y cómo algunas pasaron de victimas a verdugas.