Me gustaría que, por una vez, algunos políticos hablaran claro. También me gustaría, ¡cómo no!, que el voto fuese una decisión personal reflexiva y no un arrebato de vísceras o de frivolidad. Pienso honestamente que deberíamos votar para construir una sociedad más humana, más solidaria, más justa, no para que a mí me vaya mejor a costa de los demás.
El “yo” en política debe aprender a aceptar el “nosotros”, debe saber convivir con el “vosotros” y no hacerles daño a “ellos”. Es una cuestión de gramática moral. Somos la tripulación de nuestra sociedad, no sus pasajeros. La palabra libertad, profanada por la derecha que representa Ayuso, esconde una terrible emboscada. Se trata de entretener al pueblo. Los romanos lo llamaron pan y circo. Veintidós siglos después, sigue funcionando.
Los últimos resultados electorales han envalentonado a la flamante presidenta de la Comunidad de Madrid. Se ha venido arriba, así de sencillo, y ha pensado (o la han hecho pensar): “¿Para qué seguir dando pasitos cortos?”. Madrid está sufriendo un ataque directo en la línea de flotación de su sistema público sanitario. El Partido Popular quiere imponernos el modelo estadounidense de atención sanitaria. Un modelo basado en el negocio de las aseguradoras privadas. Todavía hay gente que no sabe de qué va esta historia. ¡Cómo va a ser malo imitar a los EEUU! ¡Yo he visto House y Anatomía de Grey allí sí que funcionan las cosas!
La letra pequeña de un sistema obsceno por su codicia, de un sistema que sólo ahora podemos empezar a entrever con los zarpazos de este gobierno autonómico, encierra un coste económico desorbitado que solo una minoría de individuos podrá asumir. Defender la sanidad privada cuando no llegas a fin de mes es de idiotas, sí, de idiotas. Defender la sanidad privada a costa de la pública porque tú tienes dinero suficiente para pagar tus cuotas a la aseguradora es de mala persona.
El PP se expresa entre el eufemismo y la falacia, pero gobierna el timón de su barco con un rumbo marcado muy claro. Ayuso ha pegado un grito: “¡Más carbón en la sala de máquinas!”. ¿De verdad la clase media y la clase baja madrileña quieren lo que les está ofreciendo esta derecha neoliberal? Yo espero que no, porque si fuera así, apaga y vámonos. Pensar que de la salud de los demás se pueda hacer negocio en lugar de convertir la asistencia médica en un servicio solidario me parece un error catastrófico o una estrategia empresarial muy calculada. No conozco un solo cuento de brujas en el que se haya engañado a los niños con lentejas y acelgas. Siempre se les atraía con caramelos. Sí, lo sé, después de una cañita con tus colegas, ¡qué dulce resulta escuchar las declaraciones de Ayuso!
Mar Espinar, portavoz del PSOE en el Ayuntamiento de Madrid