Venus Crónica Libre
La Venus de Willendorf, Inés Hernand y Bianca Censori. Redes Sociales
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De la Venus de Willendorf a Bianca Censori (pasando por Inés Hernand)

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Las feministas somos tan obtusas que no entendemos el gran poder que tiene el cuerpo femenino. La primera mujer que se desnudó y la verdad con gran éxito fue la Venus de Willendorf, hace más de 30.000 años, una imagen que todavía sale en los libros de arte. Esta figura, además, debía seguir el canon estético del Paleolítico, que entonces era el de estar “un poquito rellenas”. Igual su marido la llevó de la mano a los Premios de Piedra Caliza de la época y resultó ganadora, y por eso aún la conocemos.

Después vinieron muchas más Venus, todas ellas en pelotas, porque ese es el gran poder otorgado a las mujeres, gracias al cual, como sabemos, gobiernan el mundo, según datos que ya di en la columna anterior de Cronica Libre sobre la energía masculina que desbordan personajes como Donald Trump, Elon Musk y el bochornoso espectáculo y el tercer grado al que el juez Carretero ha sometido a Elisa Mouliaá.

En los museos de arte sabemos que las mujeres representan el 76% de los desnudos, aunque solo el 3,7% de los cuadros en los museos occidentales lleva la firma de una pintora, según Forbes, una firma nada sospechosa. El Metropolitan de Nueva York tiene por lo visto un 12% de autoras. En el Museo del Prado son el 0,75%; de 8.000 cuadros, solo 60 son de mujeres. Desnudos de Venus, a punta pala.

Susana Estrada, Sabrina o Cristina Pedroche… otras Venus poderosas

El caso es que las feministas no aprendemos, porque Esther Vilar ya en 1971 nos advirtió en su libro El varón domado que eran las mujeres las que tenían el poder sobre el hombre, aunque de manera vicaria, sin decirlo abiertamente. Ya sabemos, eso de que hay que gobernar con mano izquierda, sin que se enteren los hombres. Y en el 2011 Catherine Hakim nos recordó la gran influencia del Capital erótico, ese que hace que cada final de año Cristina Pedroche concite ante la pantalla a millones de espectadores para ver su escaso atuendo.

Nada comparado con el impacto que ha tenido una hasta ahora –al menos para mí– desconocida Bianca Censori, la mujer a la que Kanye West exhibió como si llevara una cabeza de reno en la entrega de los Grammy, mientras él iba de negro riguroso de la cabeza a los pies. Pero seguro que la que lleva los pantalones es ella, aunque en este caso invisibles.  En cambio, cuando un hombre quiere llamar la atención, como Jaden Smith, no se pone un tanga transparente marcando paquete, sino un castillo en la cabeza. Esa es la diferencia.

Y ahí tenemos a Inés Hernand, tan moderna ella, enseñando las tetas en una fiesta post Benidorm Fest, con 47 años de retraso, porque eso ya lo hizo Susana Estrada en 1978 ante el alcalde de Madrid, Tierno Galván, y Sabrina en la tele en la Navidad de 1987; ambas creo que fueron nombradas ministras de algo. Seguro que a Inés Hernand la vemos dentro de poco de presidenta del gobierno.

Venus desnudas y vestidas

“Las mujeres somos dueñas de nuestro cuerpo”, dice la exministra Irene Montero, y ya se ve dónde las mujeres dominan, entre las prostituidas son más del 95% y entre las que alquilan su vientre el 100%, donde se ponga este poder que se quite el Fondo Monetario Internacional, la OIT y hasta la ONU.

Así que nada, todos tranquilos, que desnudarse es el primer paso para escalar luego puestos de poder. Esperemos que dentro de los 130 años que el World Economic Forum dice que faltan para conseguir la paridad, en las fotos aparezca el 50% de mujeres en todos los ámbitos políticos, económicos, deportivos y sociales. A ser posible vestidas.

Juana Gallego

Profesora universitaria