Fuentes del PP confirman a Crónica Libre que la cúpula del partido ha dado orden de pactar con VOX. Ocurrió en la formación de los ayuntamientos de forma más discreta y está pasando con los gobiernos autonómicos de una manera más aireada. Aunque vaya promulgando lo contrario, Feijóó está abriendo las puertas de las instituciones a la extrema derecha otorgándole más poder del que le dieron las urnas.
Fue el mismo sábado por la mañana, escasas horas antes del acto de investidura. Un candidato del PP a la alcaldía de una importe localidad recibió una llamada Génova: «Tienes que pactar con VOX«. Lo escandaloso de la llamada es que en este caso no era necesario ningún pacto con ningún partido para gobernar. Los resultados electorales del 28-M permitían a este alcaldable gobernar en solitario gracias a su holgada mayoría simple y a que las demás fuerzas de izquierda no habían conseguido concejales suficientes para quitarle la vara de mando local.
Y el político, que había repetido hasta la saciedad que no pactaría con la extrema derecha tuvo que bajar la cabeza y acatar las órdenes. Tuvo que regalarle a VOX tres concejalías, dos menores y una de las más importantes y con más poder del consistorio. Así pues, gobierno de coalición de la derecha con la extrema derecha absolutamente innecesario porque el PP podía gobernar con su mayoría simple justificado con el argumento de que «dota de estabilidad al gobierno municipal«. Lo cierto es que PP y VOX gobiernan en coalición. Génova le ha dado al partido de Santiago Abascal más poder del que le dieron los ciudadanos con sus votos. Y eso es un hecho.
Del «No voy a gobernar con VOX» al «acuerdo programático»
«Acuerdo programático» es el eufemismo que se ha visto obligada a utilizar María Guardiola, la candidata del Partido Popular en Extremadura para justificar lo injustificable, el pacto de gobierno que ha repetido hasta la saciedad que nunca haría. «No voy a gobernar en coalición con VOX», «No contemplo ningún pacto con VOX porque no tienen líder en la región» o «Voy a gobernar en solitario. El señor Fernández Vara ha dicho que sí pactaría con Podemos, que ha exigido entrar al gobierno. Yo insisto, voy a gobernar en solitario y no voy a gobernar con VOX» son algunas de las frases lapidarias que ha insistido María Guardiola cada vez que se le ponía un micrófono delante.
«No creo que a VOX le interese mucho esta tierra, por lo tanto ellos a mi tampoco me interesan mucho«, llegó a decir. La candidata del Partido Popular lo tenía claro por un motivo de peso: la violencia de género. «La violencia machista existe y tenemos que luchar juntos contra ella, no puede utilizarse para hacer política».
A la vista de los acontecimientos, a María Guardiola le deben estar pesando como losas cada una de estas frases. Este lunes se ha visto obligada a salir a palestra para hacer público un «acuerdo programático que le he ofrecido a VOX. Unas medidas que tienen como único objetivo el avance y la prosperidad de Extremadura y que harían posible el cambio que los extremeños nos han pedido en las urnas. Por eso espero que lo acepten«.
Nada que ver las categóricas palabras de la Guardiola de antes con la sumisión con la que se expresa ahora: «Por eso espero que lo acepten» implica que es consciente de que el partido de Abascal es quien tiene la voz de mando en esta negociación. Y así está siendo, la candidata del PP le ha ofrecido a VOX la presidencia de la Asamblea y éste ha dicho que nanay, que tiene hambre de gobierno. Y el PP va a aceptar sus exigencias. Otra vez que se ha juntado el hambre con las ganas de comer. Otra vez que Feijóo va a dar más poder a VOX que el que les dieron los ciudadanos en las urnas.
En Baleares, los de Abascal se han quedado con la presidencia del Parlament en un preacuerdo de gobierno. El caso de Barcelona de dar la alcaldía al socialista Jaume Collboni se ha vendido como un gesto de partido de Estado pero lo cierto es que el PP estaba obligado a dar un paso al lado si no quería darle la vara de mando a los independentistas. El líder de PP murciano es el único que, de momento, se resiste al pacto.
Política de puertas abiertas para VOX
Los resultados de las encuestas electorales podrían estar detrás de esta política de puertas abiertas que está teniendo el Partido Popular con VOX. Después del escandaloso pacto de gobierno en la Comunidad Valenciana en el que VOX ha conseguido meter de vicepresidente y consejero de Cultura al torero Vicente Barrera los sondeos, no sólo no le están pasando factura al PP sino que encima sigue subiendo en intención de voto. El miedo que había en Génova a los pactos con VOX en plena precampaña para las generales se ha convertido en un giro del PP más a la derecha porque le está sacando rédito electoral.
Y mientras, en el otro lado, el partido de Santiago Abascal está haciendo una purga interna para retirar de sus listas a los más moderados -dentro de lo moderado que se puede ser en la extrema derecha- para dar más papel a los más ultras.
Azules y verdes cada vez más cerca. Y ahí están las palabras de Feijóo sobre el candidato de VOX en Valencia condenado por violencia machista: «Tuvo un divorcio difícil«.