La irrupción de José Luis Rodríguez Zapatero ha sido uno de los hitos de esta campaña electoral. El expresidente saltó de nuevo a mítines y al foco mediático y se ha mostrado seguro, ocurrente, incisivo, desenfadado y efectivo. De un papel discreto tras su último mandato, centrado en el ámbito internacional, ha pasado a ser uno de los mejores activos del PSOE para defender con libertad y con lealtad el gobierno de Sánchez. En conversación con Crónica Libre, mantiene su fe en la propuesta socialista y sus posibilidades de ganar.
José Luis Rodríguez Zapatero está siendo el mejor impulso a la campaña electoral del PSOE para este 23J. Frente a las críticas y ataques a Pedro Sánchez, que no solo llegan desde la oposición, el expresidente se ha paseado por los medios y ha participado en mítines que le han tenido de una punta a otra de España. En su oratoria, un repaso insistente a lo logrado por el Ejecutivo en esta última legislatura. Su lealtad contrasta con otras actitudes de primeras figuras del PSOE que han evitado, incluso, pedir el voto para la lista progresista y no han disimulado sus críticas a Sánchez y a sus socios de Gobierno.
Una deslealtad en la que Zapatero no ha incurrido, pero en la entrevista concedida a Crónica Libre tampoco ha querido entrar a comentar las controvertidas declaraciones que sí han hecho sus predecesores en ejecutivos socialistas. Diplomático, sin rehuir la crítica abierta al PP, se le ha llegado a invocar como futuro candidato en el PSOE si, como las encuestas auguran, los electores quitan su confianza a Sánchez. O si el bloque de la derecha logra lo que viene clamando: derogar el ‘sanchismo’
Zapatero ha encontrado su propio estilo en este fugaz estrellato –su entorno advierte que tras las elecciones volverá a alejarse de la primera línea–. Una soltura que viene de la experiencia, que en ningún caso le hace aparecer como un resabiado expresidente, y de ese segundo plano en la refriega que le da carta blanca para hablar a las claras.
El tiempo ha colocado al expresidente en su lugar y después de incómodas etapas y ostracismo en su propia formación, ha vuelto. Conviene recordar algunas de las medidas progresistas que adoptó durante sus dos mandatos (de 2004 a 2011) y que se verían amenazadas por un gobierno en el que entrase Vox. Como la ley de la Memoria Histórica, los avances en igualdad de género, el reconocimiento del matrimonio gay, que convirtió a España en el tercer país en aprobar la unión entre personas del mismo sexo. Estas son buenas muestras de su política y talante.
La revalorización de las pensiones, que tan a vueltas han traído a Feijóo esta semana, fueron un hecho con Zapatero. La atacada creación de la Unidad Militar de Emergencia, (UME) tan criticada entonces como reconocida e instaurada ahora. De su Ejecutivo salió también la creación de los juzgados de violencia de género. Y por supuesto, como él mismo se encargó de recordar en la COPE con vehemencia y sin dejar un ápice para la duda, el final de ETA que tuvo lugar bajo su presidencia.
La banalización y utilización del terrorismo, que hemos escuchado en las últimas semanas, que me parece radicalmente injusto y doloroso, inaceptable
Crónica Libre: En las últimas semanas ha vuelto a la arena política, ¿qué o quién le ha traído de vuelta?
José Luis Rodríguez Zapatero: Fundamentalmente, dos cuestiones: la primera, la banalización y utilización del terrorismo, lo que hemos escuchado en las últimas semanas, que me parece radicalmente injusto y doloroso, inaceptable. En segundo, el riesgo cierto, y muy grave, de que se produzca o confirme un retroceso en derechos, en particular en relación con la igualdad de género. Cuando tenemos que seguir avanzando, se nos plantea retroceder en valores sustanciales para la convivencia.
C.L.: ¿Qué papel debe jugar un expresidente? Porque los hay que parece que juegan a la contra de su propio partido. Usted parece que ha encontrado su propio rol. ¿Cómo lo definiría?
J.L.R.Z.: Yo he procurado conciliar mi posición institucional como expresidente –nunca critiqué al Gobierno de Rajoy, al Gobierno de España, en el exterior– con mis convicciones progresistas y la lealtad al Partido Socialista.
C.L.: Ha declarado que tiene una “lealtad incombustible” al PSOE Es algo que parece que no cunde, parece que los personalismos se ‘comen’ al partido. ¿Qué opina de esto?
J.L.R.Z.: Yo le profeso al PSOE y a las convicciones progresistas la lealtad que aprendí en el propio partido desde que milito en él. Siempre recibí un apoyo generoso cuando fui su secretario general y me corresponde con naturalidad devolvérselo. Carece de mérito. Y veo mucha capacidad de movilización en los dirigentes y militantes de nuestra organización ante una campaña electoral tan decisiva como ésta.
«Veo una campaña abierta, y el PSOE tiene de su lado lo más importante, un gran balance de Gobierno, en protección social, en nuevos derechos, en la evolución económica«
C.L.: A unos días de las Elecciones que, según las encuestas, pueden darle un vuelco a la política nacional (como ya lo han hecho con la autonómica y municipal) ¿cree que puede haber sorpresas?
J.L.R.Z.: Veo una campaña abierta, y el PSOE tiene de su lado lo más importante, un gran balance de Gobierno, en protección social, en nuevos derechos, en la evolución económica … un balance objetivable y que marca una senda de futuro. Frente a ello, una clamorosa ausencia de alternativa, que lo ha confiado todo a la descalificación personal, rigurosamente personal, ad hominem, del Presidente del Gobierno.
“Me parece lamentable que en sus pactos PP-Vox estén menudeando con las palabras, porque las palabras, a la hora de caracterizar las discriminaciones, son esenciales”.
C.L.: ¿Cómo se plantea un posible gobierno del PP-Vox, que ya es un hecho en varias comunidades a pesar de las tensiones habidas? Atendiendo al programa del partido de Abascal, ¿le asusta la regresión en políticas y derechos que han costado década, siglos (violencia machista, memoria histórica…).
J.L.R.Z.: Me parece lamentable que en sus pactos estén menudeando con las palabras, porque las palabras, a la hora de caracterizar a las discriminaciones, son esenciales. La devaluación de las palabras anticipa una devaluación de la protección de las mujeres. La devaluación de los símbolos, lo que vemos que sucede con la bandera que expresa la libertad y el orgullo gay, anticipa un clima de menos libertad y respeto para la diversidad.
C.L.: ¿Cómo se explica el giro a la derecha, del electorado español, el auge de Vox?
J.L.R.Z.: El auge del populismo de derechas es un fenómeno relativamente general que hunde sus raíces probablemente en la insatisfacción e inseguridad generadas tras las crisis financiera de la década anterior, que alienta en algunos sectores una huida hacia atrás y la culpabilización de los otros, los inmigrantes casi siempre, la UE con el Brexit en el Reino Unido, quienes expresan y encarnan la diversidad ante la pérdida de la hegemonía mundial en USA… es un movimiento regresivo, reaccionario, antilustrado, que pone en peligro la convivencia en las sociedades democráticas.
C.L.: ¿Qué ha fallado en el gobierno de Sánchez, no se ha sabido comunicar los avances y conquistas que ha hecho? (la gestión de la pandemia, la reforma laboral, la gestión de la crisis del volcán, la inflación por la guerra de Ucrania… Son políticas positivas que parece que no cuentan en campaña.
J.L.R.Z.: Normalmente, echarle la culpa a la comunicación puede parecer una excusa de las malas políticas, pero es que aquí ha habido buenas políticas en un contexto nada habitual de masiva dedicación del Gobierno a afrontar problemas sucesivos de una gran envergadura. Esto permite entender, en efecto, que no se haya dedicado más tiempo y dedicación a la comunicación.
«El balance de este Gobierno en protección social ha sido, dadas las circunstancias, el mejor de los gobiernos democráticos hasta ahora«
C.L.: ¿Qué balance hace del primer Gobierno de coalición de esta democracia? ¿Y de la irrupción de Sumar? ¿cómo definiría a Yolanda Díaz?
J.L.R.Z.: Sí, como decía Rajoy, con razón, permítaseme este guiño, ‘gobernar es muy difícil’, no cuesta mucho imaginar la complejidad que entraña gobernar en coalición. Por eso, siempre destaco el balance de este Gobierno, que, en protección social, ha sido, dadas las circunstancias, el mejor, en mi opinión, de los gobiernos democráticos hasta ahora, todos ellos monocolores.
Ha habido lógicamente discrepancias en el recorrido pero, en reconocimiento de los partidos que han integrado este Ejecutivo, me parece incuestionable afirmar que ha sido capaz de desarrollar una ingente tarea legislativa, con nuevas leyes de derechos muy relevantes, como la de eutanasia, y una buena gestión de las consecuencias de la pandemia y de la guerra de Ucrania.
[El expresidente elude pronunciarse sobre Yolanda Díaz. Conocido es que ha sido hilo conductor entre la líder la líder de Sumar y el que fuera compañero de gabinete y secretario general de Podemos, Pablo Iglesias. Tal vez sea un gesto más de mano izquierda.
«Me he acordado estos días de que se me acusó solemnemente desde la tribuna del Congreso de ‘traicionar a los muertos’, precisamente cuando estábamos empeñados en que no hubiera más«
C.L.: ¿Llegan a La Moncloa esos ataques? De lo que se dijo de usted, ¿qué es lo que más le dolió?
J.L.R.Z.: ¡Me he olvidado de casi todas! Es verdad que me he acordado estos días de que se me acusó solemnemente desde la tribuna del Congreso de ‘traicionar a los muertos’, precisamente cuando estábamos empeñados en que no hubiera más, en que no hubiera más víctimas del terrorismo… me he acordado de eso cuando le escuché al líder de la oposición, esta vez en el Senado, acusar a Pedro Sánchez de tratar ‘mejor a los verdugos que a las víctimas del terrorismo’… esa acusación infame, de nuevo, y más de una década después de que ETA, que era -que nadie lo olvide- violencia, asesinatos, extorsiones… que sufrieron en carne propia los militantes socialistas, como los de otros partidos, desapareciera como consecuencia de la fortaleza de la democracia española.
C.L.: Su perfil internacional es tan reconocido como discreto en España, ¿qué ‘tantos’ se puede apuntar? ¿qué es lo que le anima a seguir? ¿El éxito depende, precisamente, de esa discreción diplomática?
J.L.R.Z.: En mi etapa de expresidente procuro echar una mano allí donde se considera que puedo ser útil. Ocurre tal vez con más frecuencia ahora en Latinoamérica porque hay una mayoría de gobiernos progresistas. Como se sabe, en Venezuela he venido desarrollando tareas de medicación entre Gobierno y oposición, que representan –esto se ignora con frecuencia– a sectores sociales enfrentados, y para evitar ante todo que la confrontación desembocara en un conflicto civil, y para contribuir a que las diversas fuerzas pactaran un desarrollo democrático para el país. Siempre he creído que ese proceso de diálogo es imprescindible.