Los empleados de la panificadora Butrón (Chiclana, Cádiz) llevan más de 9 meses sin sueldo y ejerciendo su derecho a huelga. El detonante del conflicto laboral fue que la empresa no cumplía ninguno de los puntos del convenio, ni las pagas extras, vacaciones… Todo culminó con el despido de dos trabajadores, uno de ellos delegado sindical de CGT.
Ahora que el conflicto de la panificadora Butrón de Chiclana ha llegado al Parlamento Europeo, Crónica Libre entrevista al representante de CGT, José María Guerrero, para conocer más detalles de un nuevo caso que atenta contra los derechos sindicales.
¿En qué circunstancias se han producido los dos despidos?
El de nuestra compañera fue por hechos que se inventó la empresa: que no había hecho cambios en facturas y tenían muchas pérdidas de dinero, según ellos; y el de nuestro compañero delegado sindical por fumar en el patio donde comíamos porque no tenemos comedor.
¿Sentís que hay represión sindical?
Sí, porque la empresa tiene como delegados de UGT, los que nos representan, son familiares del jefe (prima del jefe, el marido, el hijo de la prima) y el propio jefe. Nunca se ha hecho una mesa electoral para votar por el representante sindical, y nosotros desde que implantamos CGT despidieron a una afiliada que es la más antigua de la empresa. También despidieron a nuestro compañero que es nuestro delegado sindical, cuándo nunca ha tenido ningún expediente, y por preguntar por la compañera que despidieron a la semana siguiente lo echaron a él.
¿Cómo es que el problema ha llegado al Parlamento Europeo?
Llegamos al Parlamento Europeo a través de Gema Olivares de Adelante Andalucía en Chiclana de la Frontera (Cádiz), el eurodiputado Miguel Urbán y nuestro delegado sindical de CGT. Allí estuvimos ablando de todo lo que nos podía ayudar. Esperamos que nos asistan en el tema de represión sindical.
¿Qué habéis conseguido tras tantos meses acampados reclamando unas condiciones de trabajo dignas?
Hemos conseguido ganar el juicio por huelga ilegal y llegar a negociar una vez con la empresa pero sin éxito.
¿Cuáles son vuestras reivindicaciones?
Lo único que queremos es que readmitan a los compañeros despedidos y que se cumpla el convenio y la ley. Pero la empresa se cierra en banda, no quiere negociar nada, y dice que no nos reconoce como conflicto. Las negociaciones ahora mismo están estancadas por parte de la empresa.
¿Cuántas personas se ven afectadas por este conflicto?
Somos 15 en huelga y la mayoría tenemos niños o familias a cargo.
¿Cómo podéis aguantar tantos meses de huelga sin sueldos?
Hicimos una caja de resistencia porque ya sabíamos que iba a ser duro y no íbamos a cobrar nada. Hay muchísima gente que nos apoya de Granada, Sevilla, Madrid… y la gente del pueblo y alrededores de Chiclana, que un mes nos dan 200 euros, otro mes nada pero nos traen comida, potitos para los bebés, otro mes dan 500 euros. Es muy duro pero estamos concienciados de que tenemos que aguantar y ganar esta lucha.
¿Cuáles serán los próximos pasos en la lucha por vuestros derechos laborales?
En los próximos meses seguiremos con lo que hemos hecho hasta ahora: manifestaciones, concentrarnos todas las mañanas en la puerta de la empresa con pancartas y pitos, ponernos en sus puntos de venta de pan para nosotros regalar pan que compramos o nos regalan otras panaderías.